"Un minuto de silencio, para Macri que está muerto" cantaba un militante bastante marginal de LLA en el primer piso del hotel Libertador. Nadie lo seguía. En LLA todos siguen instrucciones. Y una hora antes de que conocieran los datos, nadie se animaba a hablar en on the record con los medios. Off, muy poco. Demasiado poco.
Ya al mediodía estaban tranquilos porque habían alcanzado su objetivo principal, que era ganarle al PRO. Pero mientras se acercaba el cierre de las urnas empezaron a soñar con una victoria total, que sería de 4 puntos según hizo saber Santiago Caputo, que seguía los números desde el piso 18, a su equipo más cercano.
Ansioso, el estratega de Javier Milei fue el primero en llegar al bunker. Entró por la puerta que el hotel tiene sobre avenida Córdoba, para evitar las cámaras y fue visto frente al ascensor, aunque no quiso hablar con nadie. En cambio, el Presidente, su hermana Karina y el candidato Manuel Adorni lo hicieron por la ochava por donde ingresan los autos, enfrente de las cámaras de televisión. Todavía el ánimo era más que prudente.
A las 19, la alegría ya no era solo brasileña. Circulaba un boca de urna con 4 puntos más para La Libertad Avanza. El dato se contradecía con datos provenientes del bunker de Leandro Santoro, que aseguraba ayer una diferencia a su favor de 6 puntos que hoy había bajado a "4 o 5". Cuando se conocieron los primeros resultados, 30-27-15, empezaron a preparar la fiesta. Hubo gritos de euforia en el primer piso y la convicción de que, ahora sí, ya tienen la seguridad de que son los líderes de la derecha, la ultra y la más moderada también. Pero, como si eso fuera poco, los kirchneristas (los kukas) estaban "domados" .
Desde temprano buscaron instalar el "batacazo". Explicaban en el bunker que los "barrios kirchneristas" tenían pocos votantes, lo que hacía suponer que no les había demasiado bien en las comunas más populares de la Ciudad, quizás porque el objetivo central no era tanto disputarle el voto a Santoro, sino al PRO y las comunas donde históricamente ganó, a veces sin siquiera hacer campaña. Es lo que quedó a la vista, apenas, en los actos realizados por LLA porteña, casi todos en zona norte (Plaza Vicente López, Plaza Las Heras, Barrio River, Plaza Mitre) y uno solo en Villa Lugano, el primero, donde las cosas no salieron como se esperaban, no solo por la poca gente, sino porque sobreactuaron la seguridad presidencial con francotiradores en los edificios cercanos.
De a poco, fueron llegando primeros los referentes bonaerenses, como Agustín Romo y Julia Santillán. Después empezaron a llegar los porteños. La primera fue Pilar Ramírez, y con ella algunos miembros de la lista libertaria desconocidos por el periodismo y los electores, pero que se ocupaban de rodear a la presidente de LLA de la Ciudad.
Se lo vio a Diego Recalde, quien suena como reemplazante de Manuel Adorni en la vocería presidencial (lo que él mismo en diálogo con El Observador no descartó), y diputados nacionales de distintas provincias. También, en un auto que arribó dos minutos después de Karina, Martín y Eduardo "Lule" Menem, que -según circuló- fueron autorizados a entrar al piso 18, el de la mesa chica.