17 de julio 2025 - 21:22hs

Patricia Bullrich tiene los caminos abiertos como nunca. Después de caer derrotada ante la figura de Javier Milei, que le impidió llegar al ballotage, muchos creían que la veterana dirigente iniciaría un retiro de la política, para cuidar a sus nietos. Lejos de eso, aprovechó la primera puerta que le abrió el ya presidente electo y se metió en el gabinete nacional al frente de un Ministerio que ya había ocupado y que no le generaba ningún desafío, y volvió a sentarse en el sillón más caliente de Gelly Obes, el de número uno de la política de seguridad en la siempre convulsionada Argentina.

Siempre supo que era sapo de otro pozo. Había conocido a Milei en los pasillos de los canales de televisión y jamás se le hubiera ocurrido militar en La Libertad Avanza, ni siquiera cerca. Venía de la izquierda peronista (montonera le achacan), fue menemista, participó con Fernando de la Rúa del espacio conservador radical, tuvo un breve paso por la Coalición Cívica y desde allí recaló en el PRO. No había sido parte de su fundación, ni de su desarrollo. Se sumó a último momento con su partido a la campaña presidencial de Mauricio Macri, ocupó el Ministerio de Seguridad, y sin solución de continuidad pasó a la presidencia del PRO, para luego ganar las PASO de su partido a Horacio Rodríguez Larreta.

Pero ahora está afiliada a LLA. Fue un acto que realizó en la plaza Vicente López junto a Karina, en plena campaña local de la Ciudad. En definitiva, no le tiene miedo cambios. Por el contrario, es muy probable que los cambios sean su alimento.

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Aunque sobrevivir al mundo libertario no debe ser fácil. Capacidad para callarse la boca y solo hablar cuando te lo piden, aptitudes de docente sin ofender y, sobre todo, mucha paciencia. La dureza de carácter de Patricia combinada con cierta actitud maternal es otro combo apropiado en el caso de Milei, que tiene poca experiencia política y se siente protegido por la ministra. Ahora nos enteramos que también le lleva masitas para el desayuno.

Lo hizo muchos domingos pero, en este caso, el Presidente decidió postearlo. Muchos especularon que se trataba de una postulación anticipada como candidata a senadora nacional por la Ciudad de Buenos Aires, donde es prácticamente imbatible según las encuestas (en todas superan el 40%) y hasta le puede dar la chance al Gobierno de sumar otro senador más.

Ella asegura a los suyos que no se habló de candidaturas, sino de estrategia política en los tiempos que vienen, que todos en el Gobierno consideran que será dominado por la "fragilidad". Y que dentro de la conversación, Milei le hizo un pedido especial: que contenga las tensiones internas.

Ese pedido revela varias cosas. La primera, que el Presidente está perfectamente al tanto de la grieta que anida en su Gobierno. La segunda, que él no puede resolverla. La tercera, que su hermana es parte de la tensión. "Milei es loco, pero no boludo", se comenta en Seguridad. La pregunta que cabe es cómo logrará Bullrich convencer a Karina de la importancia de endulzar sus tratos con el joven asesor, ex miembro del triángulo de hierro, un título honorífico que impuso Milei al llegar al Gobierno pero que no pudo sostener.

Con Santiago, la ministra tuvo una larga reunión el lunes. De dos horas. Hablaron a fondo, como es obvio. El joven asesor (no tanto, la semana pasada cumplió 40), que frente a Patricia siempre habló como "dueño", en este caso tenía más bien la actitud del "inquilino", un poco golpeado. Su problema, dicen que dijo, no es Karina, sino los Menem. "Llegaron a último momento y se quieren quedar con todo", se lamentó.

Pero la charla sirvió, porque al día siguiente le dijo a su equipo que "no nos vamos a meter en la campaña bonaerense con nuestros candidatos, no estoy en la mesa chica de las decisiones políticas y además no me interesa". Incluso les habría reconocido: "prefiero no mezclar para no tener problemas". Días antes, desde su supuesta cuenta @MileiLibertador, llegó a escribir: "Debo confesar que mi paciencia se está agotando". La charla parece que funcionó.

Más difícil será la conversación con Karina, si es que tiene una. Quizás la Secretaria General no lo quiera ni lo necesite. Es la dueña total de la lapicera y nadie se lo discute, ni siquiera su hermano.

Como sea, Bullrich está convencida de que hasta las elecciones, todo será turbulencias. De lo que se trata es de resistir sin manifestar ninguna preocupación, transmitió a Milei y después a su equipo. "El que tiene miedo, pierde" suele decir. Piel dura, no le falta. Habrá que ver cómo se posiciona en el terreno, si va de senadora, si logra seguir manejando Seguridad, si se prepara para gestionar la Ciudad de Buenos Aires o para competir como candidata a vicepresidenta en 2027. Tiene varias puertas abiertas. Habrá que ver cuál cruza.

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