El reconocido músico casado con la actriz Fedra Lorente, falleció a los 75 años en Madrid tras atravesar problemas de salud que mantuvo con discreción. Su carrera musical y el fuerte vínculo con su familia.
Miguel Morales y su esposa Freda Lorente.
Miguel Morales, reconocido músico y hermano del cantante Junior —viudo de Rocío Dúrcal—, falleció a los 75 años en Madrid, tras atravesar problemas de salud que llevó con absoluta discreción.
Le sobreviven su esposa, la actriz Fedra Lorente, y su hija Alejandra, a quienes estuvo profundamente unido. También era tío de las artistas Shaila Dúrcal y Carmen Morales.
Más allá de sus lazos familiares, Miguel Morales deja una destacada trayectoria en la música española.
Participó en agrupaciones emblemáticas como Los Brincos, con quienes formó parte de su última etapa, y Barrabás, una innovadora banda de fusión que alcanzó reconocimiento internacional.
Sus inicios musicales se remontan a Los Pekenikes, conjunto formado por estudiantes del Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid, el mismo en el que cursó sus estudios la reina Letizia.
Con una carrera que abarcó la interpretación, la composición y la música para cine, Morales fue siempre una figura respetada en la industria por su talento y profesionalismo.
Según fuentes cercanas a la familia, los restos del artista serán velados este viernes desde las 18:00 horas en el Tanatorio Norte de Madrid, donde se espera la presencia de familiares, amigos y compañeros del ámbito musical.
La ceremonia de despedida tendrá lugar el sábado a las 14:00 horas, en un ambiente íntimo y cargado de emoción, como homenaje a su legado artístico y personal.
En el plano personal, Miguel Morales compartió más de cuatro décadas junto a Fedra Lorente, con quien formó una sólida familia tras adoptar a su hija Alejandra en Colombia.
La actriz recordó en una entrevista con ABC el difícil proceso que atravesaron antes de su llegada: “Perdí tres embarazos, fue muy duro. Entonces llegó Alex y empezó nuestra familia”.
También contó, con ternura, que su hija prefiere el trabajo detrás de las cámaras y que, en tono de broma, “lo único malo que yo veo es que comparte más con su padre que conmigo”.
La música española despide así a un artista discreto pero esencial, que dejó huella en varias generaciones gracias a su talento, su guitarra y su compromiso con el arte.