El jugador ya comunicó que no seguirá en el PSG y está todo encaminado para que finalmente llegue a la capital española, pero nada está cerrado de momento.
El tiempo transcurre y parece que la novela de todos los mercados de fichajes de los últimos seis años, está llegando a su fin.
El pasado jueves, Kylian Mbappé le comunicó al PSG, y a su presidente Nasser Al Khelaifi, que se marchará del club a partir de julio, cuando finalice su actual contrato con la entidad parisina y, pese a que no hay nada oficial ni asegurado, todo parece indicar que el francés acabará vistiendo la camiseta del Real Madrid.
El primer paso ya se dió. La clave para destrabar la mitad de la operación era la manera de que Mbappé abandone en PSG y eso será un hecho. Poco a poco, la situación va girando y se va torciendo para el lado del Madrid.
Los primeros días de febrero iban a ser fundamentales y lo fueron. Ahora, con el correr de los días, si nada cambia, será el propio futbolista el que confirme todo.
Mbappé le expresó puerta adentro su decisión a Al Khelaifi y fue el propio club quién, posteriormente, emitió un comunicado confirmando los rumores y la elección del francés.
Lo que resta es que sea el mismo jugador quién públicamente manifieste en que equipo jugará la próxima temporada o afirmando su deseo de abandonar París, aunque todo parece indicar que será el Real Madrid su destino.
Una vez que suceda esa comunicación a los oídos y ojos de todos los aficionados al fútbol, llegará el momento en el que el Real Madrid de un paso al frente y le ponga sobre la mesa el contrato del que el delantero ya tiene noticias de lo que consta, pero que ni mucho menos está firmado.
Esta misma semana, el diario Marca informó sobre las diferencias que existen entre Fayza Lamari, la madre del futbolista y su representante, y el club blanco, producto de lo que la madre desea para su hijo, y lo que el Real Madrid está dispuesto a ofrecer.
El problema al que se afronta Mbappé es que desea cumplir su sueño de niño como alguna vez mencionó, que es vestir la camiseta del Madrid, pero sabe que esta es la última oportunidad y, si quiere que suceda, deberá aceptar las condiciones que está dispuesto a ofrecer la institución blanca, que son inferiores a las que el PSG podía darle o el propio Real Madrid hace unos años.
En las reuniones que se celebraron en enero en Valdebebas, siempre el club mantuvo firme la idea de establecer un órden económico en el vestuario.
Nadie, empezando por el presidente Florentino Pérez y siguiendo por el entrenador Carlo Ancelotti, pondrían sobre la mesa una decisión que pudiera poner en peligro al club, es decir, un contrato como el que le ofrecía el PSG a Mbappé que rondaba los 100 millones de euros por temporada.
El Madrid está dispuesto a darle un contrato que puede llegar a alcanzar los 30 millones de euros por temporada, acompañado de una prima de fichaje, tal y como hacen todos aquellos jugadores que llegan libres al equipo blanco, y con la opción de negociar el porcentaje por derecho de imagen.
La operación ya no gira en torno al dinero. Sino, en ese caso, Mbappé ya habría renovado y firmado alguna de las múltiples ofertas de renovación que Al Khelaifile propuso y no fue así.
Por lo que, en este escenario, la decisión es pura y exclusiva del jugador y las ganas de cumplir su sueño de niño que tenga.