La Audiencia Nacional celebra este martes la segunda jornada del juicio al expresidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, por el beso no consentido que dio a Jenni Hermoso tras la final del Mundial, el tan conocido "Caso Rubiales". En esta oportunidad, el juez perdió la paciencia con el exdirector de Comunicación de la RFEF.
El primero en declarar en esta jornada fue el exresponsable de Integridad, quién explicó que intentó sin éxito ponerse en contacto con Jenni Hermoso tras el beso: "Intenté ponerme en contacto con la jugadora, que tenía el móvil fuera de cobertura, supongo que porque estaba volando. Localicé a Rubén Rivera para que le transmitiera que se estaba elaborando el informe", mencionó.
El segundo fue el exdirector de Comunicación de la RFEF Pablo García Cuervo, que, a preguntas de la fiscal ha relatado que no siente animadversión hacia la futbolista española. No obstante, afirmó que él perdió su puesto en la RFEF después de un escrito de varias jugadoras en el que pedía su destitución, entre otros cargos. "Estoy intentando que alguien me dé una explicación", ha dicho en referencia a este acontecimiento.
El juez del Caso Rubiales perdió la paciencia
Sin embargo, García Cuervo también cargó contra Jenni Hermoso en su declaración: "Creo que Jenni Hermoso es una persona influenciable que puede cambiar de opinión". Y se basó en este argumento para explicar que prefirió no volver a dirigirse a la futbolista tras lo sucedido.
"El presidente de la Federación me dice que estaría bien hacer un comunicado diciendo que Jennifer Hermoso le quitaba importancia al hecho y dije que me pareció bien si ella le daba la aprobación", argumentó momentos después.
El juez ha llamado la atención al testigo en varias ocasiones. En una de ellas decía que él no se contradecía en nada, que la que se contradecía era Jennifer Hermoso. "Dejemos las declaraciones de Jennifer Hermoso aparte", ha alertado el magistrado hasta estallar: "¡Basta ya! Quiero saber las cosas con claridad, no con chulería".