6 de junio 2023 - 20:35hs

Rusia y Ucrania se acusaron mutuamente este martes de la destrucción parcial de la central hidroeléctrica de Kajovka sobre el rio Dnieper, cuyas aguas comenzaron a anegar aldeas en la provincia sureña ucraniana de Jersón bajo control ruso.

El presidente ucraniano Volodimir Zelensky acusó del ataque a “los terroristas rusos” y lo calificó de “crimen de guerra”, al tiempo que publicó en su cuenta de Telegram un video aéreo donde se ve la ruptura del dique y el agua derramándose sin control en un extremo de la estación hidroeléctrica.

"La destrucción de la central eléctrica de Kajovka sólo confirma al mundo entero que deben ser expulsados de todos los rincones del territorio ucraniano", escribió Zelensky, para enfatizar: "sólo la victoria de Ucrania devolverá la seguridad" al país.

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A su vez, el asesor de la oficina presidencial ucraniana Mijailo Podolyak también responsabilizó a Rusia de la voladura de la central con el propósito “obvio” de “crear obstáculos insalvables en el avance ucraniano” en la región.

En cambio, el Kremlin negó hoy las acusaciones de Ucrania de que Rusia está detrás de la destrucción de la presa de Kajovka y aseguró que se trata de un "sabotaje deliberado" de Kiev.

"Negamos rotundamente estas acusaciones. Se trata de un sabotaje deliberado, planeado y organizado por el régimen de Kiev", dijo el portavoz de la rresidencia rusa, Dmitri peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.

Moscú salió al cruce de la acusación de Zelensky y de la OTAN, cuyo secretario general, Jens Stoltenberg, adjudicara el sabotaje a Rusia en su cuenta de Twitter.

"La destrucción de la represa Kajovka hoy pone en peligro a miles de civiles y causa graves daños ambientales. Este es un acto escandaloso, que demuestra una vez más la brutalidad de la guerra de Rusia en Ucrania", apuntó  el jefe de la alianza militar comandada por Estados Unido.

Poco antes, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, había asegurado en un tuit que Rusia “rendirá cuentas” por la destrucción de la represa.

El rio Dnieper, donde está la represa, divide en dos a la región de Jersón y la margen oriental está en poder de las tropas rusas, que ocupan sus aldeas.

El alcalde del municipio de Nova Kajovka designado por Moscú, Vladimir Leontiev, sostuvo en un primer momento que la rotura de la represa había sido obra de "múltiples ataques" de las fuerzas ucranianas en la región de Jersón y que la ciudad seguía bajo cañoneo de las fuerzas ucranianas.

El responsable municipal añadió que el sabotaje destruyó 11 de las 28 válvulas de escape de la represa y provocó "un flujo de agua incontrolable", pero que "la represa no está destruida y es una suerte inmensa".

La Administración Militar ucraniana de la zona ha cifrado en 16.000 el número de personas que viven en la “zona crítica” más expuesta a las inundaciones. Un total de 742 personas han sido evacuadas hasta el momento de las zonas afectadas, según el ministro del Interior de Ucrania, Igor Klymenko.

La cifra no incluye a los habitantes del territorio controlado por Rusia en el margen oriental de río Dniéper, en el que está la presa y que parte en dos la provincia de Jersón. Hacia ese sector se derraman mayormente las aguas.

Para la administración rusa de la región, el aumento del nivel de las aguas afectará a las poblaciones localidades sólo en las próximas 72 horas para luego estabilizarse, por lo que aseguraron que la situación no era crítica. Pero "tenemos que sobrevivir estas 72 horas", apuntó el gobernador prorruso.

"Los habitantes de unas 300 casas van a ser evacuados y ya lo están siendo", dijo Leontiev, en una entrevista con la televisión pública rusa.

El regidor de la urbe, que antes del inicio de las hostilidades tenía unos 45.000 habitantes, aseguró que no hay riesgo de la destrucción de la ciudad a causa de los daños en la presa, aunque "los sistemas de alcantarillado ya se han inundados y parte de las líneas eléctricas han sido destruidas, debido a que el agua es descargada sin control".

La presa de Kajovka, tomada desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania, permite el suministro de agua a la península de Crimea, anexionada en 2014 por Moscú y también la refrigeración de la central atómica de Zaporiyia, bajo control ruso, ubicada aguas abajo.

La agencia de Naciones Unidas para la energía atómica aseguró este martes que no observaba "un riesgo inmediato de seguridad nuclear" en la planta nuclear pese al alerta lanzado por el gobierno de Ucrania.

"Expertos del OIEA en la central nuclear de Zaporiyia están vigilando de cerca la situación, no hay un riesgo inmediato de seguridad nuclear en la planta", dijo un su comunicado el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).

Erigida sobre el río Dnieper en 1956 durante el periodo soviético, la obra está construida parcialmente en hormigón y en tierra. Se trata de una de las infraestructuras más grandes de este tipo en Ucrania.

(Con información de agencias)

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