10 de diciembre 2025 - 10:57hs

Un reciente estudio de la Universidad de Cambridge ha colocado a los humanos en una clasificación de monogamia que los sitúa entre los suricatos y los castores, mucho más cerca de estos animales que de otros primates.

Publicado en Proceedings of the Royal Society: Biological Sciences, este análisis evalúa las tasas de monogamia en varias especies de mamíferos, situando a los humanos en el séptimo lugar, con una tasa de monogamia del 66%.

Cómo midieron la monogamia

El estudio, dirigido por el doctor Mark Dyble del Departamento de Arqueología de Cambridge, utiliza un enfoque innovador basado en el cálculo de la proporción de hermanos completos y medios hermanos a lo largo de diferentes especies y sociedades humanas. Este modelo computacional se apoya en datos genéticos y etnográficos para evaluar los patrones de monogamia de forma más directa y precisa que en estudios previos. Dyble afirma que, a pesar de la flexibilidad observada, “la monogamia es el patrón de apareamiento dominante para nuestra especie”.

Más noticias

Comparación con otras especies

Los suricatos, conocidos por sus fuertes lazos familiares, tienen una tasa de monogamia del 60%, mientras que los castores, que alcanzan el 73%, superan a los humanos en este aspecto. Otros mamíferos que se acercan a los humanos en monogamia incluyen al gibón de manos blancas, con un 63,5%, y al tamarino bigotudo, con una tasa de casi el 78%. Por el contrario, primates como los gorilas de montaña (6%) y los chimpancés (4%) presentan tasas mucho más bajas de reproducción exclusiva, lo que refleja una mayor poligamia en su comportamiento reproductivo.

La evolución de la monogamia humana

Dyble destaca que la monogamia humana probablemente evolucionó de un sistema de apareamiento no monógamo en vida en grupo, un cambio inusual entre los mamíferos. Este comportamiento se ha observado también en algunas especies de cánidos, como el lobo gris y el zorro rojo, que muestran un grado de monogamia social similar al de los humanos, aunque con tasas de monogamia menores.

El estudio subraya la gran diversidad de prácticas de apareamiento entre las sociedades humanas y la flexibilidad inherente al comportamiento humano, un rasgo que lo distingue de muchas otras especies, que tienden a seguir reglas más estrictas sobre la monogamia.

¿Qué nos dice esto sobre nosotros?

Este hallazgo aporta una nueva perspectiva sobre la evolución humana y los patrones de comportamiento reproductivo. Los humanos, al igual que algunas especies animales como los castores y los suricatos, tienden a formar vínculos a largo plazo, aunque con un grado de flexibilidad que refleja la compleja red social en la que nos desarrollamos. Si bien la monogamia ha sido una piedra angular en el desarrollo de la cooperación social humana, la investigación muestra que nuestros patrones reproductivos son más diversos y complejos de lo que a menudo se piensa.

Temas:

humanos suricatos monogamia

Seguí leyendo

Más noticias

Te puede interesar

Más noticias de Uruguay

Más noticias de Argentina

Más noticias de Estados Unidos