La gran apuesta económica de Trump que América Latina intentó aplicar el siglo pasado y fue "un sonoro fracaso"
El presidente de EE.UU. aboga por una política comercial con semejanzas a la de Juan Perón en Argentina o Getúlio Vargas en Brasil, que dejaron lecciones para la región.
4 de junio 2025 - 12:08hs
Trump busca proteger la industria de EE.UU. con métodos ya ensayados en países latinoamericanos, señalan expertos. Getty Images
Como presidente argentino entre 1946 y 1955, Perón buscó proteger la industria argentina con aranceles. Getty Images
Getúlio Vargas adoptó un nacionalismo económico al gonernar Brasil entre 1951 y 1954 que guarda similitudes con políticas de Trump. Getty Images
Al anunciar su política arancelaria en abril, Trump usó el concepto de "independencia económica" como lo hizo Perón en 1947. Getty Images
Las industrias que surgieron con medidas de protección en América Latina encontraron diferentes dificultades. Getty Images
Trump dijo que duplicaría los aranceles al acero y aluminio extranjero que ingresa a EE.UU. AFP
BBC
Pregunta 1: ¿qué presidente americano declaró en un acto pomposo la "independencia económica" de su país mientras abrazaba el proteccionismo industrial?
Respuesta: Juan Domingo Perón en Argentina, 1947. Y también Donald Trump en Estados Unidos este año.
Pregunta 2: ¿qué presidente americano usó un viejo artilugio legal para gravar las importaciones y buscar que las empresas instalen fábricas en su país?
Respuesta: Getúlio Vargas en Brasil, década de 1950. Y también Trump este año.
Empeñado en proteger la industria estadounidense con barreras arancelarias a productos extranjeros, Trump ha sumado otra semejanza personal con líderes latinoamericanos que muchos consideran populistas.
De hecho, los argumentos y la forma como el republicano promete apuntalar la producción manufacturera en EE.UU. guarda llamativas coincidencias con la política de industrialización por sustitución de importaciones (ISI) que siguieron Perón, Vargas y otros gobernantes al sur del río Bravo.
"La lógica (de Trump) es bien del siglo pasado, por eso se asemeja tanto a esas experiencias latinoamericanas con la ISI", señala Monica de Bolle, una investigadora principal del Instituto Peterson de Economía Internacional, con sede en Washington, que coescribió un nuevo libro sobre el tema.
Pero tanto ella como otros expertos advierten sobre las potenciales consecuencias negativas de esa apuesta en EE.UU. ahora.
"El contexto es completamente diferente y por lo tanto la lógica de ese tipo de política utilizada hoy en día no tiene sentido alguno", le dice De Bolle a BBC Mundo.
"En América Latina (la ISI) fue un sonoro fracaso: no hay cómo argumentar que hubo resultados mixtos".
"Lo que nosotros abandonamos"
Varios académicos señalan desde hace tiempo semejanzas de Trump con caudillos latinoamericanos por actitudes políticas: desde mostrarse como el salvador de su país enfrentado a la élite, hasta borrar la distinción entre el líder y el partido, o desafiar los límites de la democracia liberal.
Pero la comparación de Trump con gobernantes de América Latina por motivos económicos es más novedosa.
Como presidente argentino entre 1946 y 1955, Perón buscó proteger la industria argentina con aranceles.
El banco JP Morgan señaló en un informe semanas atrás que "el riesgo para los mercados es que los responsables políticos de EE.UU. repitan los errores de líderes latinoamericanos como el expresidente argentino Juan Perón: proteccionismo, falta de independencia del banco central y una amplia desconsideración por la estabilidad macroeconómica".
"Irónicamente, muchas economías latinoamericanas tuvieron progresos significativos en esas áreas justo cuando los participantes del mercado cuestionan cada vez más la credibilidad económica de EE.UU.", agregó el mayor banco de ese país.
El expresidente de Costa Rica Oscar Arias trazó un paralelismo similar.
"En América Latina durante mucho tiempo tuvimos el modelo de sustitución de importaciones. Tuvimos un mercado común centroamericano con ese modelo. Eso es lo que está haciendo el presidente Trump: lo que nosotros abandonamos hace añares", dijo Arias, premio Nobel de la Paz, en una entrevista con BBC Mundo en abril.
Entonces, ¿en qué consiste esa política y cuáles son las similitudes?
"Liberación"
La estrategia de sustitución de importaciones o ISI adoptada desde México hasta Argentina, sobre todo entre las décadas de 1930 y 1950, buscaba reducir la dependencia de mercados externos y lograr autosuficiencia económica tras la Gran Depresión y las guerras mundiales.
Ante esas turbulencias internacionales y una migración del campo a las ciudades latinoamericanas que demandaba empleos urbanos, los gobiernos de la región buscaron que industrias domésticas produjeran los bienes que provenían de naciones desarrolladas.
Getúlio Vargas adoptó un nacionalismo económico al gonernar Brasil entre 1951 y 1954 que guarda similitudes con políticas de Trump.
Con el apoyo teórico de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), se levantaron barreras tarifarias a ciertas importaciones que querían reemplazar con productos locales, además de apelar a otros instrumentos como los subsidios o las cuotas de importación.
El afán de proteger la industria local con aranceles es la principal coincidencia de la ISI con la agenda de Trump que ahora sacude el comercio mundial.
"Es nuestra declaración de independencia económica", dijo Trump el 2 de abril al anunciar desde la Casa Blanca un muro arancelario a los envíos de bienes de buena parte del mundo a EE.UU.
El concepto de "independencia económica" figuraba en un acta que Perón firmó en un acto solemne como presidente argentino el 9 de julio de 1947, cuando elevaba aranceles para industrializar su país durante su primer mandato.
"La Nación alcanza su libertad económica", leía aquel texto de Perón. Y enfatizaba: "libre del capitalismo foráneo y de las hegemonías económicas mundiales".
"Líderes extranjeros han robado nuestros empleos, tramposos extranjeros han saqueado nuestras fábricas", dijo Trump en abril refiriéndose al déficit comercial de EE.UU. Y prometió: "Tendremos una nación muy libre y hermosa; va a ser el Día de la Liberación".
Al anunciar su política arancelaria en abril, Trump usó el concepto de "independencia económica" como lo hizo Perón en 1947.
Para imponer sus aranceles, Trump echó mano de una Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional que data de 1977 y es objeto de una batalla judicial: la semana pasada, un tribunal federal declaró ilegal el uso de la norma con tal fin pero una corte de apelaciones lo aceptó, al menos temporalmente.
Mucho antes de esto, al regresar a la presidencia de Brasil en 1951, Vargas también recurría a un instrumento legal de años atrás para imponer sus aranceles: la "ley del similar", que habilitaba a productores locales a registrarse para pedir protección gubernamental de competidores directos del exterior.
Al igual que Trump ahora, Vargas buscaba entonces presionar a las compañías del exterior para que instalaran industrias en su país en vez de perder acceso a su amplio mercado doméstico.
"Modelo fracasado"
Claro que hay algunas diferencias también.
Perón y Vargas dieron impulso a empresas estatales en amplios sectores de la economía, desde el petróleo hasta la electricidad, mientras Trump aboga por reducir el Estado aunque defiende su intervención en la economía.
EE.UU. es hoy una nación desarrollada, mientras que los países latinoamericanos que siguieron políticas de sustitución de importaciones aspiraban a alcanzar el desarrollo mediante la industrialización.
A lo largo de la región, esas recetas hicieron florecer fábricas con relativa rapidez y países como Argentina, Brasil o México llegaron a ser semi-industrializados antes de la década de 1970.
Las industrias que surgieron con medidas de protección en América Latina encontraron diferentes dificultades.
Sin embargo, la estrategia encontró varios obstáculos: desde problemas de balanza de pagos frecuentes porque las industrias locales requerían piezas y máquinas importadas, hasta ineficiencia productiva, formación de monopolios y oligopolios, o corrupción.
Algunas medidas adoptadas para corregir las dificultades propiciaron a su vez inflación, devaluaciones y desequilibrios fiscales.
Otro problema señalado por expertos es que, a diferencia de países asiáticos que también aplicaron políticas de sustitución de importaciones y pasaron a competir en el mundo, en América Latina la estrategia se desarrolló puertas adentro e hizo perder capacidad exportadora a la región.
De Bolle señala que México, al abandonar la ISI para alcanzar su tratado de libre comercio con EE.UU. y Canadá en la década de 1990, logró industrializarse más y depender menos de las exportaciones de materias primas.
"Brasil y Argentina nunca se libraron (de la ISI) hasta hoy y tienen industrias que no son nada competitivas", apunta.
"El motivo es que esas políticas después de un tiempo generan una especie de dependencia del sector privado en relación al gobierno, una cosa tóxica que resulta en crecimiento bajo y muchas veces en crisis fiscales".
Una paradoja es que el actual presidente de Argentina, Javier Milei, es aliado de Trump, pero ha criticado "el modelo fracasado de sustitución de importaciones" aplicado en su país.
Trump dijo que duplicaría los aranceles al acero y aluminio extranjero que ingresa a EE.UU.
Trump sin embargo mantiene su pulso proteccionista, pese a que modificó en parte su política comercial cuando los mercados reaccionaron adversamente.
Por ejemplo, bajó los aranceles a productos de China del 145% a un 30% tras un acuerdo bilateral, ante avisos de riesgos inflacionarios. Pero el martes duplicó los aranceles al acero y aluminio extranjeros (pasaron del 25% al 50%) con el argumento de que eso "asegurará aún más la industria siderúrgica".
Sin embargo, surgen nuevas señales adversas ante esas políticas.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) proyectó el martes que el crecimiento del PIB de EE.UU. será de 1,6% este año, menor al 2,8% de 2024, si sigue la tasa arancelaria efectiva a las importaciones que Trump mantenía hasta mediados de mayo.
Y apuntó que esa tasa arancelaria es la más alta para EE.UU. desde 1938: en promedio pasó de cerca de 2,5% el año pasado a más de 15%.
La advertencia de distintos economistas es que medidas así, sin un plan claro, pueden incentivar la producción local pero encarecen las importaciones y los bienes intermedios del exterior, lo cual presiona la inflación al alza y perjudica a sectores y trabajadores que se dice proteger, como muestra la historia de América Latina.
"La lección es que políticas de esa naturaleza adoptadas por períodos prolongados o hechas de cualquier forma tienen resultados desastrosos", afirma De Bolle, "y no va a ser diferente aquí en EE.UU.".
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