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Musk con Trump en el Despacho Oval tras anunciar su salida del gobierno
AFP
El dueño de Tesla y SpaceX, que apoyó a Trump con más de 250 millones de dólares durante la campaña, lanzó el martes una catarata de críticas al plan del mandatario, que combina exoneraciones fiscales y recorte de gasto público, y a la vez dispara la deuda del país.
"Estoy muy decepcionado, porque Elon conocía los entresijos de este proyecto de ley mejor que casi cualquiera de los que están sentados aquí (...) De repente le plantea un problema", siguió Trump sobre su ex aliado tras un encuentro en la Casa Blanca con el canciller alemán, Friedrich Merz.
Un cruce que fue escalando: "Se volvió loco"
Pero Musk no se quedó callado y le respondió al republicano casi en tiempo real por su red social X: "Lo que sea", escribió. Y la tensión fue escalando con las horas: "Sin mi, Trump habría perdido las elecciones. Qué ingratitud", añadió el magnate tecnológico.
Trump, por su parte, sugirió que Musk estaba enojado porque su "gran y hermoso proyecto de ley" prevé el recorte de incentivos fiscales de la época de Joe Biden para impulsar la compra de vehículos eléctricos entre los consumidores estadounidenses y reducir así las emisiones de dióxido de carbono.
"Elon estaba 'agotado', le pedí que se fuera, le quité la orden que obligaba a todo el mundo a comprar autos eléctricos que nadie quería (¡que él sabía desde hace meses que yo iba a hacer!), ¡y se volvió LOCO!", escribió el mandatario en su red Truth Social.
"Falso, nunca me mostraron este proyecto de ley", retrucó Musk, cuya compañía Tesla sufrió por su participación en la administración Trump. La disputa entre ambos hundió aún más a las acciones de la empresa, que fueron perdiendo valor en los últimos meses, y por la tarde caían 14,04% en Wall Street, es decir, una pérdida de más de 140.000 millones de dólares, lo que ubica a la empresa por debajo del umbral simbólico de un billón de capitalización bursátil.
"La bomba nuclear"
La pelea siguió escalando y el republicano amenazó con cortar los contratos gubernamentales con las empresas de Musk: "La forma más fácil de ahorrar dinero en nuestro presupuesto, miles y miles de millones de dólares, es terminar con los subsidios y contratos gubernamentales de Elon. ¡Siempre me sorprendió que Biden no lo hiciera!".
Ante esto, el magnate sudafricano dijo que era momento de "lanzar la gran bomba" y aseguró que Donald Trump estaba en los archivos Epstein, una serie de documentos relacionados con Jeffrey Epstein, el financista estadounidense condenado por delitos sexuales que murió en prisión en 2019. Incluyen desde agendas personales, listas de contactos, registros de vuelos, testimonios judiciales, acuerdos de confidencialidad y evidencias recopiladas por el FBI y otros organismos durante las investigaciones.
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"Esa es la verdadera razón por la que no se hicieron públicos. Que tengas un buen día, DJT!", siguió, por las iniciales del presidente.
Los archivos Epstein no se han hecho públicos en su totalidad principalmente por razones legales, judiciales y de protección a víctimas. Sin embargo, partes significativas han salido a la luz y siguen alimentando el interés público, especialmente por las implicaciones que podrían tener para muchas personas con poder político, económico y social.
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Durante años, circularon teorías de todo tipo respecto a la causa judicial. En su mayoría, conspirativas. Epstein era una figura poderosa, que tenía numerosos contactos y hasta una isla privada. Su relación con los Clinton alimentó la versión de que los demócratas estaban implicados en la trama de tráfico sexual. Activistas MAGA pretendían que, una vez en la Casa Blanca, Trump desclasificara todos los archicos de la causa. Pero el republicano no lo hizo.
Por eso la bomba de Musk es especialmente provocadora para el universo trumpista.
Del amor al odio en pocos meses
En febrero pasado, Musk todavía le declaraba su amor al presidente. Lo hacía en público, bromeando con una especie de vínculo homoerótico. "Lo amo tanto como un hombre heterosexual puede amar a otro hombre", jugueteaba apenas cuatro meses atrás. Ahora lo acaba de acusar de estar implicado en una oscura trama de delitos sexuales.
En medio de la pelea, Musk escribió a su vez un mensaje que dejó fijado en su cuenta: una encuesta preguntando a sus más de 200 millones de seguidores si estaban de acuerdo con crear un nuevo partido político en Estados Unidos "que represente de hecho a más del 80% que está en el medio".
El prestigioso escritor y analista político David Rieff había anticipado a El Observador USA el divorcio político del dueño de Tesla y SpaceX con el presidente. "Trump y Elon Musk tienen personalidades demasiado arrogantes y eventualmente chocarán", aseguró en una entrevista con este medio.
Tras las últimas acusaciones, no hay perspectivas de que la relación se pueda recomponer. ¿Quién pierde más en esta batalla campal? Musk perderá millones. La sangría de sus empresas acaba de comenzar. Tesla acaba de perder más de 100.000 millones de dólares en capitalización en Wall Street. Pero Trump también pone en riesgo su capital político, en un contexto delicado. La guerra comercial ya le hizo perder aliados y apoyos, tanto en Wall Street como en Washington.
Los motivos de la pelea detrás del presupuesto
Detrás de la puja por el presupuesto de Trump, demasiado expansivo ante los ojos de motosierra de Musk, existieron otros factores que alimentaron la guerra. El primero, el choque de egos entre el hombre más rico del planeta y el presidente de la principal potencia mundial. Pero hubo otras razones vinculadas a los contratos federales que las empresas de Musk, como Tesla, SpaceX y Starlink, tienen con el Estado.
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Otro de los temas que presuntamente provocaron el enojo de Musk fue la negativa del gobierno a que la Administración Federal de Aviación (FAA) utilizara su sistema de satélites Starlink para el control del tráfico aéreo, según dijeron fuentes cercanas al empresario al portal Axios.
De acuerdo con estas fuentes, la administración Trump decidió no seguir adelante con ese proyecto por un posible conflicto de interés y por razones tecnológicas. "No se puede controlar el tráfico aéreo sólo con satélites", dijo una de las fuentes.
Una de las decisiones recientes de Trump toca indirectamente a Musk. El presidente rescindió el nombramiento del magnate tecnológico Jared Isaacman, socio cercano de Musk, para dirigir la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) citando "una revisión exhaustiva de asociaciones previas".
Según el mandatario, será reemplazado por alguien que ponga "a Estados Unidos primero en el espacio”. Trump justificó su marcha atrás por el pasado demócrata de Isaacman. Pero en plena ruptura Musk se encargó de recordar los elogios previos del presidente al empresario apuntado para dirigir la NASA.
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La marcha atrás con la nominación de Isaacman se produjo días antes de la esperada confirmación de Isaacman por parte del Senado y pocos días después de que Musk anunciara su salida del DOGE. La designación del empresario ya había sido aprobada por el Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado.