El Concejo de Los Ángeles aprobó el miércoles un proyecto de ley para declararla “ciudad santuario”, orientado a garantizar los derechos y proteger a los ciudadanos migrantes, sin importar su estatus de regularidad. La iniciativa, que fue votada por unanimidad, prevé ser una suerte de barrera ante el endurecimiento de la política migratoria que se pondría en marcha desde el próximo 20 de enero tras el arribo de Donald Trump a la Casa Blanca.
Durante la campaña que lo llevó a obtener el segundo mandato, el republicano prometió activar un plan para efectuar "la mayor deportación de la historia".
"Permitir la entrada por la frontera sur de millones y millones de personas, muchas de ellas muy malas, no es sostenible. Van a destruir el país. Vamos a hacer la mayor deportación de la historia. No tenemos otra opción", enfatizó Trump en marzo en un acto de campaña en Waukesha, en el estado de Wisconsin.
Ya con la victoria consumada y la reciente nominación de Tom Homan como el "zar de la frontera" para llevar adelante su plan, Los Ángeles prevé atenuar la injerencia del gobierno federal mediante su estatus de "ciudad santuario".
¿Qué es una ciudad santuario?
Las " ciudades santuario" son aquellas jurisdicciones municipales que limitan su cooperación con las políticas empleadas por el gobierno nacional en materia migratoria.
Aunque no se trata de un término legal, muchas ciudades aplicaron una serie de medidas para convertirse en "santuarios", como adoptar determinadas legislaciones o cambiar las prácticas locales. Las autoridades de varias ciudades del país, como Boston o Nueva York, se han comprometido también a no usar recursos locales para ayudar al gobierno federal en sus medidas migratorias.
Durante el primer mandato de Trump, decenas de distritos escolares se declararon "santuarios" para garantizar que sus estudiantes no fueran deportados.
¿Cuáles serán las protecciones que brindará Los Ángeles como ciudad santuario?
La declaración de Los Ángeles como "ciudad santuario" prohíbe el uso de recursos o empleados del distrito para implementar leyes federales de migración.
En esta línea, el nuevo jefe de la policía local, Jim McDonnell, subrayó que su departamento trabajará en colaboración con las oficinas consulares de México y de otros países centroamericanos para elaborar un plan de protección de las personas ante las deportaciones masivas.
"El Departamento de Policía de Los Ángeles no realiza detenciones ni toma ninguna otra medida por motivos relacionados con el estatus migratorio de una persona, y tampoco aplica las leyes de inmigración, una práctica que ha estado en vigor durante 45 años", repasó el funcionario en diálogo con la agencia AP.
McDonnell enfatizó también que trabajará con grupos nacionales de policía, como la Asociación de Jefes de Policía de las Grandes Ciudades, para abogar con el gobierno entrante por las necesidades de las fuerzas del orden público.
“Aquí en California, no vamos a perder nuestro tiempo, nuestro dinero y nuestros recursos para ir en la dirección contraria”, sumó el fiscal general de California, Rob Bonta, en una conferencia de prensa en San Francisco. “Los inmigrantes son la columna vertebral de nuestra nación. Los inmigrantes hacen grande a Estados Unidos”.
El funcionario actualizó el miércoles una guía de recomendaciones para proteger a la comunidad migrante en el estado ante la próxima llegada de Trump al Ejecutivo.