La investigación publicada en la revista Nature Aging dio cuenta la tendencia experimentada por las moléculas con patrones cambiantes, con dos instancias de mayor desgaste consideradas como puntos de inflexión.
Los picos de vejez en los seres humanos con la posibilidad de desarrollar enfermedades asociadas a la edad se producen alrededor de los 45 y 65 años.
Así lo reveló un estudio llevado a cabo por investigadores del Departamento de Genética de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y de la Universidad Tecnológica de Nanyang de Singapur.
Los hallazgos de la pesquisa titulada "Dinámica no lineal de perfiles multiómicos durante el envejecimiento humano" se dieron a partir de la confección de un perfil multiómico integral en una cohorte longitudinal de 108 participantes, de entre 25 y 75 años.
"Los participantes residían en California, Estados Unidos, y fueron seguidos durante un período medio de 1,7 años, con una duración máxima de seguimiento de 6,8 años", detalló el artículo publicado en la revista Nature Aging en su instancia descriptiva.
El análisis reveló patrones no lineales consistentes en los marcadores moleculares del envejecimiento, con una desregulación sustancial que ocurre en dos períodos principales: aproximadamente a los 44 y 60 años de edad cronológica. También se identificaron moléculas y vías funcionales específicas asociadas con estos, como la regulación inmunitaria y el metabolismo de los carbohidratos que cambiaron durante la transición de 60 años y las enfermedades cardiovasculares y los cambios en el metabolismo de los lípidos y el alcohol, en la de 40 años.
"En general, esta investigación demuestra que las funciones y los riesgos de las enfermedades relacionadas con el envejecimiento cambian de manera no lineal a lo largo de la vida humana y proporciona información sobre las vías moleculares y biológicas involucradas en estos cambios", sumó la investigación.
Al ahondar en las patologías propensas detectadas en los períodos estudiados y distinguidas por sexo, el cuerpo de profesionales reconoció que el rango de edad para la menopausia en mujeres es típicamente entre 45 años y 55 años, escenario que se correspondió con la tendencia de la dinámica no lineal registrada en los masculinos.
"Esto sugiere que el punto de transición observado aproximadamente a los 55 años de edad no se atribuye únicamente a la menopausia femenina sino que, más bien, representa un fenómeno común en el proceso de envejecimiento de ambos sexos", amplió el artículo.
Para los investigadores, los resultados tienen implicaciones tanto en el diagnóstico como en la prevención de enfermedades. Es que los marcadores clínicamente procesables disponen del potencial para incitar a la mejora en la gestión de la atención médica y el bienestar general de la población que envejece.
Respecto a otras expresiones etarias, como el envejecimiento de la piel y el músculo, la detección de su deteriorio se aceleró notablemente también en la cresta 1 y la cresta 2. El declive en la función renal y del sistema inmunológico en tanto, alrededor de los 60 años.