“Ni a los nazis se les ocurrieron estos argumentos”

Hubo varias violaciones al derecho: no presentaron ni orden de allanamiento para entrar en su oficina ni una orden de captura emitida por alguna autoridad competente. Desde el punto de vista jurídico, fue un secuestro (…). El presidente, violando la Constitución que establece presunción de inocencia, señaló que había participado de un golpe de Estado y que sería severamente castigado. No existe presunción de inocencia y es un error adelantar que hay un castigo mientras un tribunal no lo declara culpable. Todo eso es lo que ocurre en un Estado de Derecho, Venezuela no lo es y esto no produce ninguna extrañeza.

¿Cómo se interpreta esto?

Me llama la atención que, teniendo el control absoluto del Poder Judicial, con una legión de jueces obsecuentes que hubieran declarado lo que les pidieran, actúa con desprecio a la formalidad de la ley. Ya no hablamos del fondo sino de la forma. Esa es una interrogante que mucho dice en relación a la naturaleza del régimen: no les importa.

¿Cómo cree que evolucionará?

Me preocupa mucho una cosa: Maduro dijo que la participación de Ledezma en el supuesto golpe de Estado estaba comprobada porque firmó el Documento Hacia la Transición, también firmado por Leopoldo López –ya preso–y María Corina Machado. El documento apareció publicado en la prensa (no fue algo clandestino) y ahí, en ejercicio de su derecho, señalaron que el presidente debe renunciar, algo que suele suceder en todos los países del mundo. Ese es el delito que, según Maduro, cometió Ledezma. Y se puede prever que vendría la detención de María Corina Machado.

¿El gobierno venezolano tiene frenos?

El freno del sentido común y del ridículo no lo tiene. El freno que se podría esperar es por reacciones internacionales, que se están produciendo pero a manera lenta e insuficiente. Sería lógico que Unasur y la OEA señalaran cómo es posible que se esté encarcelando a los líderes de la oposición por delitos de opinión. Anteayer el expresidente estadounidense Bill Clinton solicitó la libertad de Leopoldo López, como ya hicieron otros exmandatarios.

En el caso de Leopoldo López, lo acusan de que en su discurso hay rasgos subliminales que incitan a la violencia. No están en el texto del discurso, lo sacaron una especie de sabios, brujos o grafólogos que detectaron una segunda intención no evidente. Eso son argumentos que ni a los nazis se les ocurrieron.