"Telequemados": los trabajadores que ya no aguantan el trabajo remoto

Antes de la pandemia, solo el 5% de los trabajadores activos estaban dentro de una modalidad remota. Luego, según cifras de mayo de 2020 que recabó Equipos Consultores, el 20% debutó en esta forma de trabajar.

Por eso, según expertos, es normal que esto comience a notarse ahora pero el gran desafío es cómo las empresas lograrán motivar a sus empleados en el corto plazo.

Uno de los grandes inconvenientes que están teniendo algunos, es la carencia de una rutina clara. Al estar en el mismo ambiente durante muchas horas del día, la frontera entre oficina y hogar termina siendo difusa, lo que provoca que las distracciones estén a la orden del día.

Para evitar esto, la socia de Capital Humano de BDO, Cinthia Eliazer, comentó que lo ideal es poder definir un espacio que sea “de trabajo”. De igual modo, entiende que en muchas casas esto no sucede, por lo que termina siendo imposible.

Dejar de ser un "telequemado" implica transformarse en alguien proactivo, utilizando herramientas virtuales. Es decir, no quedarse solamente en las 8 horas de trabajo y luego apagar la computadora, sino que generar espacios de diálogo con el resto de los integrantes del equipo.

Eliazer mencionó que esto es algo que desde RRHH se debe impulsar, dado que allí pueden salir a la luz soluciones para hacer del teletrabajo algo más ameno. El otro reto, es poder anticiparse al cansancio del empleado, a través de conversaciones con los líderes o tratando de estar “más en el día a día de cada uno”.

La especialista consideró que este es un desafío que el mercado laboral deberá comenzar a atender, porque más allá de que la pandemia pueda estar llegando a su fin, muchas organizaciones seguirán apostado al trabajo remoto a través de un régimen híbrido.

Uno de los objetivos que tuvieron los departamentos de RRHH desde el día uno, fue hacer sentir cómodo al trabajador en esta modalidad. Aquellas empresas que se enfocaron en esto, no tendrían que tener mayores problemas.

En caso de que esto no haya ocurrido, María Laura Volpi, gerenta de Capital Humano de KPMG, recomendó comenzar por lo más simple: “Ver si necesitan una silla, si están en un lugar que tiene internet con buena conexión. Empezar por lo más sencillo”.

El siguiente paso, será hacer una “marca uno a uno”. Es decir, seguir durante algunas semanas a determinados trabajadores para ver cómo se sienten bajo esta modalidad.

Para las especialistas, hay que entender que el teletrabajo no es solo una persona haciendo su labor desde la casa. Sino que implica un cambio cultural en la organización, en donde deberá haber un ida y vuelta casi que constante, dado que es la única forma de “estar tan cerca como cuando todo era presencial”, definió Eliazer.

Cumplir con las reglas

La mayoría de las empresas se han encaminado a un régimen que combina días de presencialidad con teletrabajo. Sin embargo, hay algunas organizaciones que aún siguen apostando 100% por el trabajo remoto, algo que puede terminar cansando a una buena parte de la plantilla.

Juan Pablo Lara, director de Randstad, recomendó que lo ideal es poder implementar un régimen de burbujas sanitarias, para cuidar a los diferentes equipos.

Si bien está claro que lo más importante es la salud, teniendo las garantías y cumpliendo con los protocolos, ir a la oficina no tendría que implicar mayores riesgos.

Para Lara, todo dependerá qué tan dispuestos están los trabajadores a cumplir con las medidas sanitarias, porque en caso de que no esto no pase el trabajo remoto seguirá siendo la regla en muchas compañías.  

La sensación de equipo

Eduardo Mangarelli, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad ORT, era de ese 5% que teletrabajaba antes de la llegada de la pandemia cuando ocupó distintos roles dentro de Microsoft. Si bien, en su caso personal, nunca le pasó de ser un “telequemado”, sí es consciente de que es algo que está saliendo a la luz.

De acuerdo a su experiencia, el principal motivo por el cual los trabajadores llegan a un estadio de hastío, es la escasa sensación de equipo que perciben. En otras palabras, el empleado se siente solo dado que no sabe en qué están sus compañeros.

Mangarelli recomendó que lo ideal es pactar un día o dos a la semana, en donde el equipo se reúna para tratar de comentar cómo viene con su labor. Esto propiciará además que todos sepan en qué está el otro y da la posibilidad de ayudarse entre sí.