2021 con dos martes 13

Este año tiene un par de los días considerados fatídicos por los agoreros, uno más que 2020

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11 de abril de 2021 a las 05:06

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Aunque la vacuna existe y millones de personas la han recibido, la percepción colectiva instalada en el mundo es que 2021 está resultando más funesto y menos esperanzador que 2020, aunque la luz que aparece a la distancia parecer ser la del final del túnel, y no la del tren viniendo en esta dirección para aplastarnos. El aura de negatividad imperante, que ha llevado a creer que la pandemia va a durar bastante más de lo previsto, ¿tendrá que ver con la misteriosa intervención de fuerzas no consideradas posibles por el raciocinio? ¿Será la combinación de ciertos números, la posición de los astros, las malas vibraciones productos del temor y la incertidumbre? Para quienes creen en la lógica del azar y en su intervención en los asuntos de la realidad humana, un dato puede llevar a prontas conclusiones: en 2021 hay dos martes 13 (abril y julio), en 2020 hubo solo uno (octubre). ¿Tendrán alguna secreta relación el 13 de un martes con el 19 de covid? El número 13 es posiblemente el más detestado de todos y suele estar relacionado con realidades negativas. A ver. En 13 Tzameti (2005), filme francés original y alucinante, se cuenta la historia de Sébastien, inmigrante pobre que para ganar dinero debe apostar su propia vida, jugando a la ruleta rusa. Si la bala en el tambor del revolver no le toca a él, sigue vivo y con más plata en el bolsillo. La premisa se basa en historias supuestamente verdaderas en las cuales participó la cifra 13. En muchos hoteles no hay habitaciones número 13, y hay aerolíneas cuyos aviones carecen de la fila 13, no vaya a ser que la cifra resulte responsable si el aparato tiene un accidente. Una de las grandes amenazas de la paz americana se llama MS-13 o Mara Salvatrucha, siniestra organización criminal.

Respecto al aura de negatividad asociada al martes 13, casi 20 años atrás alguien me dijo que en esa fecha la mayoría de los uruguayos no hace nada considerado importante. Quise saber si era verdad. Como si fuera encuestador profesional, a 20 uruguayos les hice la siguiente pregunta: ¿haría usted cosas relevantes, como casarse, bautizar a un hijo, someterse a una operación quirúrgica, o comprar una casa en un martes 13? La mayoría dijo no creer en la mala suerte, pero la respuesta de 18 de los encuestados fue negativa, un no rotundo. La historia de la humanidad demuestra, al menos hasta este inquietante año 2021, que en todos los días de la semana, de lunes a lunes, sin importar la fecha que los acompañe, han pasado cosas malas. No todo el mundo cree que las posibilidades de morir aumentan en un martes 13, pero la esposa de alguien que falleció ese día en insólito accidente (se patinó mientras se bañaba y terminó desnucado), asegura que su marido seguiría vivo de no haberse higienizado. Sobre este tipo de cosas asociadas a una funesta casualidad puede haber infinidad de ejemplos. Sin embargo, no pude encontrar a ningún uruguayo al que le haya pasado algo bueno un martes 13. 

En lo personal, nunca le presté demasiada atención a la posible aura negativa del número 13. Incluso más, al día siguiente, miércoles 14, me acuerdo qué día fue el anterior y que la pasé igual que los restantes, tal vez por haber desatendido la supuesta negatividad de la fecha en cuestión. Quizá por eso el número y el día nunca han tenido nada en mí contra. Varias veces dormí plácidamente en habitaciones de hotel número 13 y me senté en la fila de aviones con ese número, en vuelos que fueron tranquilos y carentes de turbulencia. En verdad, recién le empecé a prestar cierta atención a esa cifra tan vapuleada por los cabalistas cuando se estrenó en el ya lejano 1980 la primera película de la saga Viernes 13, dirigida por el hoy olvidado Sean S. Cunningham y, como me gustó, vi todas las secuelas, la mayoría un desastre, pero no tanto como para tener que abandonar la sala. Y le presté mayor atención a la cifra luego de que Washington Sebastián Abreu hiciera del 13 un número eterno en la memoria celeste. 

Esto de los días de la semana que coinciden con la cifra 13 es raro. En ningún lado está especificado por qué en la cultura hispana la fecha con suerte adversa coincide con el martes 13 y en la cultura anglosajona, en cambio, el 13 es incluso peor si viene acompañado de viernes. El temor en cierta manera se justifica, pues Jesucristo fue crucificado un viernes y en la última cena había 13 personas. Por lo tanto, según la acumulación de expectativas en torno a la superchería, el viernes 13 sería una buena fecha para morir de la peor forma, de allí la inspiración que encontró el cine de terror en tal día, en el cual es recomendable quedarse en casa con la puerta cerrada. En la cultura hispana, sin embargo, el día fatídico es el martes 13. La cifra 13, tal como bien sabemos, tiene un largo expediente en contra, y hay, como dije, compañías aéreas cuyos aviones carecen de fila 13, y hoteles que no tienen habitación ni piso 13 para no afectar a los clientes susceptibles a este tipo de fetiche numérico asociado al mal agüero. Pero, ¿por qué martes 13 y no lunes miércoles, jueves, sábado, domingo, o viernes 13, como en la saga de filmes en los cuales Jason nunca muere? No hay respuesta lógica, aunque en nuestra cultura hispana sobran las cosas carentes de lógica.

Visto el desorden generalizado que hay en las emociones de los habitantes del planeta en estos días de virus y muerte, desorden que va de enero a diciembre y de lunes a lunes, he llegado a creer que los martes 13 ya no son iguales a los de antes. Como la canción de Palito Ortega, han perdido imagen. Los jóvenes de la generación de internet ya no los consideran fecha relacionable con un acontecimiento negativo. Si por ellos nos guiamos, estamos ante una tradición a la baja. Ni siquiera en lo referido a los martes 13 los tiempos son lo que eran. Antes, de 1945 en adelante, existía la percepción colectiva de que algo malo podía pasar en los martes acompañados de esa cifra. De un tiempo a esta parte, puesto que casi todos los días del mundo son o parecen ser martes 13, y más con una pandemia como azote cotidiano de todos, estos han perdido la magia con cierto aire funesto de antaño. El martes tendremos el primer martes 13 de 2021. Si en esa jornada a usted no le pasa nada malo, no se desespere; tendrá otra oportunidad, aunque deberá esperar tres meses para tener revancha, pues el próximo martes 13 será recién en julio, el segundo y último de este traicionero 2021. 

¿Por qué reverenciamos a la inversa esta fecha con aura negativa? Difícil comprenderlo. No hay una razón lógica. Tal como digo, en la cultura anglosajona el martes es sustituido por viernes y se han hecho varias películas de terror que suceden en viernes 13, días de carnicería humana según la tradición de Hollywood. Son preferibles los viernes 13 en lugar de los martes con igual cifra impar, pues si algo malo ocurre un viernes uno tiene sábado y domingo para recuperarse, tomar una botella de algo, acostarse tarde, leer un libro: en cambio, los miércoles posteriores a un martes 13 siempre son laborables y resultan nada más que otro día común, como los tantos que pueblan la vida humana. El martes 13 carece de explicación racional (la busqué pero no pude encontrarla). El negativismo asociado al viernes 13 tendría un poco más de sentido, pues Cristo murió un viernes, aunque esto tampoco resulta demasiado coherente, pues en viernes y 13 han ocurrido infinidad de cosas buenas. En fin, hay algo misterioso y ritualista asociado a ambas fechas, en las cuales una gran verdad, entre varias, se cumple: son días en que poca gente se casa. Pero resulta un error no hacerlo, pues si las cosas no salen bien con la pareja, siempre queda la posibilidad de responsabilizar al martes 13 de los desastres matrimoniales producto de la fallida unión.

El hecho de creer en la mala suerte, ¿predispone a que esta entre en actividad y desate sus azotes? ¿Será que las vibraciones negativas generadas por el temor a la enfermedad reinante producen efectos poltergeist en la realidad? Cosas extrañas pasan siempre, cualquiera sea el día. No obstante, cuando ocurren en martes 13 solemos otorgarle a la fecha en cuestión mayor importancia de la que quizás tenga y culparla de los sucesos negativos que puedan suceder dentro de sus 24 horas de duración. En ocasiones, esta percepción de los acontecimientos parece cierta, pues las cosas negativamente raras que ocurren en la realidad hacen pensar que hay una dimensión oculta que la manipula y modifica, generando incertidumbre y confirmando la idea de que el ser humano, por más que lo intente de manera muy racional, tiene un nulo control de los hechos que lo confirman como principal protagonista. 

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