Facebook en desuso: ¿por qué los adolescentes prefieren redes sociales como Instagram?
Las generaciones más jóvenes se alejan cada vez más de la plataforma para concentrarse en otras redes sociales que se adaptan más a sus necesidades, como Instagram o Twitter, en las cuales el texto pierde la guerra contra de la imagen. ¿Qué dicen los adolescentes que no tienen ni quieren tener una cuenta?
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09 de mayo de 2019 a las 05:02
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Por Bruno Gariazzo - Especial para CROMO
Con Narciso, el poeta romano Ovidio intentaba advertir a los jóvenes de los peligros que aguardan detrás de la obsesión por la imagen propia. En el relato, un joven de extraordinaria belleza, capaz de enamorar por igual a hombres y a mujeres, es castigado por los dioses por su vanidad, y lo llevan a ahogarse en las aguas de su propio reflejo. Este reflejo engañoso fue asociado por la serie británica Black Mirror a la oscura imagen que observa desde la pantalla apagada de un celular, imagen antagonista de las brillantes capturas que son publicadas diariamente en las redes sociales.
Las puertas de entrada
La primera y más famosa red social fue creada en febrero de 2004 por Mark Zuckerberg junto a un grupo de compañeros de la Universidad de Harvard, y aunque al principio los miembros de la red se limitaron a estudiantes de dicha institución, ya en 2006 cualquier persona con al menos 13 años podía pasar a ser parte de esa comunidad digital.
Aunque Facebook sigue encabezando la lista de las redes sociales con más usuarios, actualmente la plataforma padece una migración de los más jóvenes hacia las alternativas que ofrecen Twitter, Instagram o WhatsApp (las dos últimas compradas por Zuckerberg en 2012 y 2014, respectivamente). Según el estudio Global Digital Overview, realizado en enero de 2019 por Digital 2019, Facebook lidera con 2.271 millones de usuarios alrededor del mundo, seguido por YouTube con 1.900 millones y WhatsApp con 1.500 millones. Aun así, la mayoría de los usuarios de Facebook tienen entre 25 y 34 años de edad, y las cifras caen en picada para aquellas personas menores de 20 años. Por otro lado, Instagram presenta una mayor concentración de usuarios entre los 18 y los 24 años, y cada vez son más los jóvenes de entre 14 y 18 años que se decantan por esta plataforma virtual. Cuando el número de cuentas activas en redes sociales se incrementó en 67% entre 2014 y 2019, Instagram duplicó su número de cuentas activas en tan solo dos años y hoy tiene más de 1.000 millones de usuarios.
Ana Clara Méndez - 18 años
El nuevo lenguaje de la juventud
Durante la presentación del nuevo Samsung Galaxy A, el CEO de la compañía surcoreana, Kwon Oh-hyun, explicó que Samsung Electronics buscaba satisfacer las necesidades comunicativas de las generaciones jóvenes de la era digital, quienes están acostumbrados a compartir contenidos creativos en tiempo real generando nuevas formas de interacción. Con mejores cámaras y pantallas, los nuevos dispositivos incluso ya están diseñados especialmente para sacar selfis (a Narciso le gustaría esto).
En diálogo con Cromo, el psicólogo social especialista en redes sociales Roberto Balaguer asegura que las nuevas generaciones se encuentran desarrollando un nuevo lenguaje en donde la imagen es la moneda de intercambio por excelencia. Dice el especialista que mientras en tiempos anteriores el texto primaba sobre la imagen, hoy para los jóvenes el texto es un mero acompañante. “Implica toda una lógica distinta que evidentemente trae aparejadas nuevas formas cognitivas de estar en el mundo”, dijo Balaguer. Y agregó: “Y en un momento esas generaciones van a ser mayoría y el mundo seguramente empiece a regirse por nuevos parámetros”. Así como el libro o la escritura fueron tecnologías disruptivas en su momento, hoy aplicaciones del estilo de Instagram “generan de alguna forma nuevas humanidades”.
Iñaki Amondarain - 17 años
Más allá del mayor provecho que hacen estas herramientas de las nuevas tecnologías, el psicólogo explicó que la migración de los adolescentes desde Facebook hacia otras redes sociales se debe también al deseo de no estar bajo la mirada de sus padres. En efecto, en un principio la puerta de entrada era Facebook, por lo que allí se encuentran concentradas las generaciones más antiguas que nunca quisieron mudarse a otro sitio. “La opción entre Instagram o Facebook es como elegir entre una fiesta donde están los abuelos y los padres o una fiesta donde haya solo jóvenes”, comentó el especialista.
Por otro lado, al estar inmersos en un universo audiovisual, las nuevas generaciones se ven obligadas a mejorar sus habilidades fotográficas y cinematográficas porque “la presentación, sobre todo en Instagram, es muy importante”. “Es una red que se llama aspiracional –dijo Balaguer–; vos mostrás lo mejor, no mostrás la parte negativa que aparece en Twitter o en Facebook”. Twitter, que hoy cuenta con 326 millones de usuarios, es más adecuado para hacer política, para presentar quejas, mientras que Instagram “no es un lugar para protestar”. Eso explicaría también la mayor cantidad de adultos mayores de 25 años en esa plataforma de microblogging. Debido a esta presión por ser creativo en la autopromoción, el especialista considera que “las generaciones más veteranas sienten que esas nuevas redes forman parte de un universo que no pega con su manera de estar en el mundo, que es más textual, más vinculada a la letra, al libro”.
Kiara Bertolini - 17 años
Atrapados en la red
Dice Roberto Balaguer que las formas de vida de los más jóvenes se entienden siempre en conexión y existe en ellos una mayor tendencia a estar pendientes de las vidas de los otros. “Tienen menos centralidad en ellos mismos y están permanentemente monitoreándose y monitoreando el ambiente”, señaló el psicólogo. Esta dependencia por la interconectividad se explica, según el experto, en parte por las necesidades propias en una etapa determinada de la vida: durante la adolescencia el aspecto social es muy importante, y las redes sociales “permiten tener acceso a lo social en el más amplio sentido de forma permanente”. “Es como una droga que cuadra bien con la edad en la que están”, comentó.
Emiliano Cima - 16 años
El “mundo joven” aparece como un mundo más abierto, más comunicativo y cooperativo, pero no sacar la cabeza de adentro de la red tiene sus lados negativos. Por un lado, los jóvenes pueden llegar a una cantidad mucho más grande de personas, pero los vínculos que forman con sus seres más cercanos corren el riesgo de volverse más superfluos. Asimismo, cuando lo más importante que se tiene para compartir de uno mismo es el propio reflejo (privado de cualquier rasgo negativo), el autoconocimiento y la autocrítica se debilitan en favor de un juego de apariencias efímeras.
Otro rincón oscuro de estas redes es el tipo de acercamiento a la información que facilitan a las nuevas generaciones, las cuales ya no se informan a través de medios especializados sino a través de los comentarios de otros miembros de estas sociedades virtuales. De esta forma, los jóvenes están informados de más cosas, de más gente, pero en menor profundidad.
Micaela Silveira - 16 años
Pedro Alasraki - 16 años
Tomás Prieto - 17 años
Sofía Casales - 16 años
Valentina Suárez - 16 años
Joaquín Coronel - 16 años
Agustín Anzvatte - 16 años
Joaquín Kalichman - 15 años
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