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Alza del contagio en villas populares detendrá apertura en área metropolitana de Buenos Aires
Alberto Fernández citó en la sala de jefatura de gabinete en la casa presidencial Los Olivos a Axel Kicillof, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, y a Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Sobre la mesa la cifra caliente de la propagación del contagio: de los 474 nuevos casos confirmados el miércoles, 435 se registraron en la capital y la provincia.
El mensaje que trascendió a los medios capitalinos después de la reunión de tres horas de duración fue que en pleno ascenso del coronavirus "no hay margen para flexibilizar nada", como anota Clarín, según fuentes de la gobernación bonaerense
Tampoco habría mucho espacio para la contienda política, avivada tras la muerte de la dirigente barrial Ramona Medina, que resultó infectada de covid-19. Medina encabezó el reclamo de Villa 31 por la falta de agua, que hizo más evidente la precariedad de los sectores empobrecidos de la capital argentina para ajustarse al consejo de quedarse en casa para combatir el coronavirus.
Su deceso hizo subir la tensión política entre capital y provincia, y seguidores de uno y otro sector se atacaron en los medios y en las redes sociales.
La reunión en Los Olivos puso el foco en la situación en las villas populares de la ciudad y en la utilización del sistema de transporte pero también en apaciguar los ánimos. Kicillof declaró al salir del encuentro que la idea era "trabajar coordinados" porque se trata de "un problema epidemiológico y no político".
"Cuando crecen los casos se tiene que ser más rígido. No más flexible. Si en la ciudad van a abrir los comercios, que no vaya a trabajar la gente de la provincia", sostuvo Kicillof, citado por La Nación.
Los tres poderes, —presidencial, provincial y capitalino— concuerdan en que "no se abre más" aunque ello no significa dar marcha atrás al desconfinamiento iniciado en Argentina.
La preocupación mayor de Fernández se centra en los asentamientos y en esa dirección había sostenido un encuentro previo a la reunión en Los Olivos, con referentes sociales que le presentaron un informe detallado de la situación en los barrios populares.
Los problemas se repiten de una otra a otra villa: el acceso al agua, la distribución de alimentos, el subsidio para la compra de garrafas, el riesgo eléctrico con el que conviven y, junto con el coronavirus, la multiplicación de los casos de dengue, según recoge Infobae.
El gobierno tomó nota y puso a disposición un predio con 700 camas que servirán con espacio de aislamiento —muy difícil de cumplir en las apiñadas viviendas de los barrios emergentes— y de realización de testeos, para seguir la pista de la infección y poder cortar la transmisión.
A este otro encuentro, asistió Ignacio Levy otro referente de La Garganta Poderosa, el medio de comunicación del movimiento villero, quien anunció que presentarán una denuncia contra el Gobierno porteño ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por “el abandono de persona en particular (el caso de Ramona Medina) y por la situación en general” en los barrios vulnerables
Estos sectores sociales también fueron convocados por Rodríguez Larreta —el jefe de gobierno capitalino reelecto en diciembre, que acompañó a Mauricio Macri en su período como máxima autoridad de la ciudad y luego como presidente— pero Levy apuntó que "ese llamado" no cambia nada en relación "a la responsabilidad política que tienen de no haber garantizado los derechos constitucionales de Ramona”.
Equipos técnicos de la nación, la provincia y la ciudad tenían previstas reuniones de coordinación este jueves bajo la idea compartida de que la batalla contra la enfermedad "está lejos de la victoria".
En este contexto, los medios argentinos informan que el presidente Fernández posiblemente anuncie el sábado de esta semana la extensión del aislamiento hasta el 8 de junio.
