Antisemitismo en auge: movimientos de ultraderecha europeos arremeten contra los judíos

El episodio es solo una pequeña muestra del resurgimiento del antisemitismo en Europa que refuerza el interés por las conmemoraciones del próximo domingo 27 a las víctimas del Holocausto, en memoria de la liberación del campo de concentración Auschwitz-Birkenau por las fuerzas soviéticas, en 1945.

Como toda forma de discriminación o exclusión, el auge del antisemitismo refleja las crisis de los sistemas democráticos, de los esfuerzos en la integración social, de los derechos humanos, de los valores de la tolerancia, de la convivencia, del pluralismo. 

¿Cómo se explica? El nuevo impulso de movimientos contra los judíos ocurre en un contexto de llegada de miles de refugiados –muchos provenientes de países musulmanes– a países europeos que no están preparados para recibirlos, lo que ha profundizado las crisis económico-políticas internas y el crecimiento de la extrema derecha en los gobiernos de esa parte del mundo.

“Es inconcebible y constituye una vergüenza ver que ningún establecimiento judío pueda existir sin protección policial”
Ángela Merkel 
Canciller de Alemania

Los judíos se han transformado en un grupo en medio de un fuego cruzado entre los extremistas que se oponen a las migraciones y los musulmanes radicales que expresan su odio. De más está decir que los musulmanes también son objeto de gran discriminación en Europa (mucho más que los judíos) y que la espiral de violencia se retroalimenta, en especial con las experiencias que han vivido muchos de ellos en las guerras en Medio Oriente.

También hay que señalar que las redes sociales se han convertido en un canal importante para las expresiones de rechazo y discriminación. Está comprobado que los picos de ataques antisemitas se disparan cuando se publican noticias sobre el conflicto árabe-israelí, según estudios de organizaciones de derechos humanos. 

En el pasado diciembre, la Comisión Europea se mostró alarmada por un estudio realizado desde Bruselas sobre los ataques que sufren los judíos en el territorio comunitario, donde nueve de cada diez de ellos afirman que sufren acoso, insultos, amedrentamiento, asaltos en las calles o a sus comercios, incluyendo la profanación de tumbas de la colectividad o la destrucción de sus símbolos religiosos. 

Según el estudio, que se realizó entre más de 16 mil judíos en 12 países de Europa, 70% considera ineficaz los esfuerzos de la Unión Europea para combatir las agresiones, por lo que muchas de las víctimas no denuncian los delitos ante las autoridades; también por miedo a la retaliación.
Aun así, numerosos casos han salido a la luz pública últimamente. La comunidad internacional se ha indignado, por ejemplo, ante el brutal asesinato de la octogenaria Mireille Knoll, apuñalada y parcialmente carbonizada en su apartamento en París en marzo de 2018; solo por el hecho de ser judía. Es increíble que estas personas se hayan salvado del Holocausto, pero no de las acciones de los grupos extremistas de hoy en día. 

El 38% de los integrantes de la comunidad judía en Europa se ha planteado emigrar temiendo que las reacciones de rechazo y odio los alcance. De hecho, en el año 2014 unos 7.000 judíos abandonaron Francia y se marcharon a Israel. Y la emigración no se detuvo. 
Cuando comenzó el movimiento de los chalecos amarillos también hubo expresiones mezcladas de antisemitismo. Según el primer ministro Edouard Phillippe, los actos contra los judíos en Francia aumentaron en 69% en los primeros meses de 2018, por lo que planteó mejorar la educación en las escuelas. También se reportaron incidentes serios en Alemania, Bélgica, Suecia y Holanda el año pasado.

En cuanto a Estados Unidos, la política del presidente Donald Trump a favor del gobierno de Israel –hay que recordar su reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel– tal vez ha actuado como paño de agua fría en la sociedad norteamericana. No obstante, cabe citar el tiroteo con el saldo de 11 muertos en una sinagoga en Pittsburgh en el pasado octubre.
En América Latina, por su parte, se han despertado también nuevos focos de antisemitismo, por ejemplo en Argentina y Chile, pero se podría afirmar que son hechos aislados que no han hecho cuerpo en la sociedad, sin dejar de ser preocupantes. 
Como dijo el vicepresidente de la Comisión Europea,Frans Timmermans,“el siglo XX conoció muchas enfermedades. La única que sigue incurable es el antisemitismo”.

Retroceso en Alemania

No deberían llamar la atención las reacciones contrarias a la difusión de La lista de Schindler en Alemania porque justamente en este país, la cuna del nazismo y dode se gestaron las mayores atrocidades, las autoridades han dado cuenta del recrudecimiento de la actividad de sectores extremistas. 
El fenómeno ha tenido un incremento notable tras la llegada al Parlamento del primer partido AfD, en setiembre de 2017, con 92 diputados, convirtiéndose en la primera fuerza de oposición en la cámara baja del Congreso (Bundestag).

La canciller Ángela Merkel dijo el año pasado que “es inconcebible y constituye una vergüenza ver que ningún establecimiento judío pueda existir sin protección policial” y que los alemanes casi se hayan acostumbrado a ello. 

“La posición antiisraelí de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra genera antisemitismo. Cada vez que hay una votación en contra de Israel en el organismo (...) se dan reacciones antisemitas”                                                                                                                                                                                                                                                                                        Israel Buszkaniec
Expresidente del Comité Israelita del Uruguay

También dijo que “Alemania nunca debe olvidar el Holocausto” y se comprometió a crear un puesto de comisionado para el antisemitismo. Más iniciativas a favor de la tolerancia –tanto con relación a los israelíes como árabes, u otros grupos– tuvieron lugar luego de protestas violentas en la ciudad de Chermnitz el pasado 12 de setiembre, en la que participaron 6.000 neonazis (a raíz del asesinato de un ciudadano alemán y el arresto de dos refugiados de origen musulmán). 

A pesar de que Alemania tiene a la historia del Holocausto como materia obligatoria en su sistema educativo y las declaraciones antisemitas son sancionadas por ley, existen ciudadanos que no le dan la dimensión que tuvo el genocidio de 6 millones de judíos y otras minorías por el régimen nazi, según observan las autoridades. 

Algunas instituciones promueven las visitas a los campos de concentración nazis, con el ánimo de aumentar la conciencia del horror que se vivió, y que no se repita. También se dan manifestaciones bajo la consigna de solidaridad, como en el pasado abril, cuando miles de alemanes, judíos y no judíos, se concentraron en plazas de Alemania cubriéndose la cabeza con el kipá, en contra del llamado “nuevo antisemitismo”.

Ideas preconcebidas

“Cuando hay disconformidad por temas económicos, uno de los chivos expiatorios son los judíos. A Europa han llegado oleadas de gente que no pueden ser absorbidas por los países receptores y distorsionan las economías. Los nacionales se afectan por los problemas laborales que surgen y reaccionan en contra de los grupos minoritarios”, dijo a El Observador, Israel Buszkaniec, asesor y expresidente del Comité Israelita del Uruguay.
Buszkaniec reconoce que existen muchas ciudades en Europa, como Malmö (al sur de Suecia), con mayoría musulmana, donde es prácticamente imposible la vida judía y “eso no es impedido por los gobiernos”, comentó. 

Gran parte de las reacciones de segregación provienen de las creencias de que “los judíos son más leales al Estado de Israel que a los países donde viven”, o “tienen los hilos del control de los poderes económicos del mundo, como la banca, finanzas y negocios”. En esa línea se levanta la izquierda propalestina que sostiene la necesidad de combatir al sionismo israelí mediante el “BDS” (Boicot, Desinversiones, Sanciones).

Buszkaniec sostiene una opinión crítica sobre la ONU. “La posición antiisraelí de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra genera antisemitismo. Cada vez que hay una votación en contra de Israel en el organismo, por ejemplo durante la guerra de Gaza de 2014, se dan reacciones antisemitas en las calles o atentados contra judíos. El país más condenado por la ONU es Israel con 27 resoluciones en 2018, pero no condenan a países árabes donde es notoria la violación de derechos humanos”, señaló.
La otra cara de la moneda, dicen analistas, es que Israel, en desafío de las resoluciones de la ONU, continúa la construcción de asentamientos en los territorios palestinos.
Sin duda, los fenómenos de exclusión, asustan. Analistas proyectan que esto podría ir de mal en peor en Europa. Buszkaniec concuerda: “El antisemitismo se incrementará en esa parte del mundo si tomamos en cuenta que han ido triunfando partidos de derecha en varios países. Me parece que vienen situaciones de mayor gravedad, tanto para los judíos como para otras minorías”. Ojalá se equivoque .