Comunicar con amor y empatía se erige como un pilar fundamental al abordar asuntos relacionados con menores, y el magistrado Claudio Mazuqui, titular del juzgado de Huinca Renancó, Córdoba, se destaca como un auténtico experto en la materia. Recientemente, ha circulado un video que captura el momento en el cual Mazuqui llega al juzgado en bicicleta, ataviado como cartero y portando globos, con el propósito de comunicar a una niña de seis años sobre la confirmación oficial de su adopción.
En una escena que bien podría compararse con un regalo de Navidad, el magistrado logró conmover a todos los presentes, construyendo un momento imborrable para la familia de Mattaldi, que ansiaba esta noticia desde hacía tiempo.
“Hola familia, ¿cómo les va? Traigo una muy buena noticia", exclamó Mazuqui mientras se dirigía en bicicleta hacia la entrada del juzgado, sorprendiendo a todos con su llegada. La bicicleta, adornada con vivaces globos, y su representación como cartero generaron expectación entre los presentes.
En cuestión de segundos, las lágrimas brotaron de manera inevitable. Conscientes de que algo extraordinario estaba a punto de suceder, la atmósfera tierna del momento dejaba entrever que se trataba de la noticia tan esperada.
En ese preciso instante, el magistrado entregó un regalo a la niña: una caja que albergaba una nota cuyo contenido conmovió a todos presentes. La adopción definitiva quedaba oficialmente sellada. Aunque los padres de la menor ya contaban con la custodia, la Justicia ahora otorgaba la tenencia de manera definitiva.
“La comunicación de la presente sentencia se efectuará, con la impresión de su nueva identidad, con su nombre y sus nuevos apellidos”, resolvió la Justicia.
La nena, tiempo antes, había enviado un video en el que le preguntaba en qué situación estaba su caso. “Hola, Claudio. ¿Cómo andás? Hace mucho tiempo que no te veo. ¿Tenés una noticia, tenemos que ir para allá? Decime vos, yo tengo ganas de verte porque te estoy extrañando mucho”, decía con mucha ternura.
En ese sentido, el juez contó a un diario local: “Tuvimos muchas audiencias, ella me llamaba por teléfono, me mandaba videos bailando y me pregunta sobre su caso. Yo le respondía con otra coreografía. Así nos comunicábamos. Nos íbamos conociendo. Hasta la última audiencia que nos vimos personalmente, donde dibujamos con muchos colores”.
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