AFP

Crisis del precio del petróleo revela la profundidad del sufrimiento económico mundial

Los gobiernos deben estar conscientes de la necesidad de preservar la capacidad de producción mundial

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23 de abril de 2020 a las 14:58

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La pandemia de coronavirus está perjudicando a la economía mundial de formas que pueden llegar a ser extremas. Una de las más extremas es la distorsión que está afectando el mercado estadounidense del petróleo. El lunes, el precio del crudo estadounidense cayó por debajo de cero por primera vez en la historia. La razón del colapso de un día fue parcialmente técnica; en medio de la caída de la demanda, un importante contrato de futuros de un mes expiró al día siguiente.

Como se está agotando el espacio de almacenamiento, los comerciantes que tenían el contrato de derivados se vieron sin un lugar donde poner el petróleo. Los propietarios de supertanqueros se encuentran entre los inesperados ganadores de la crisis; las tarifas por día para contratar los buques y sus tanques de petróleo se han multiplicado por cinco.

El nivel mínimo histórico es la señal más clara de la profundidad del daño económico que están causando los confinamientos impuestos por los gobiernos para contrarrestar la propagación del virus. La demanda de petróleo se ha reducido en hasta un tercio en todo el mundo. El exceso de oferta no ha hecho más que exacerbar la situación.

El precio del crudo Brent, el punto de referencia internacional, cayó por debajo de los US$ 20 este martes por primera vez en 18 años.

El colapso de los precios se burla de la afirmación que hizo el presidente Donald Trump hace una semana de que había logrado detener la caída del precio después de asegurar un acuerdo entre Arabia Saudita y Rusia para reducir la producción a partir del próximo mes. El acuerdo ha demostrado ser demasiado limitado y demasiado tarde. Ha subrayado el error de cálculo que cometieron tanto Rusia como Arabia Saudita al enfrascarse en una guerra de precios en un momento de extraordinaria debilidad económica. Hay preguntas válidas sobre cuánto tiempo la economía de Rusia puede resistir un período sostenido de bajos precios del petróleo.

Esta no es una crisis de precios a corto plazo. Es probable que el almacenamiento siga siendo escaso por un tiempo. La demanda también tomará tiempo para recuperarse; más del 40% de la demanda de petróleo proviene del uso de automóviles y camiones, muchos de los cuales están estacionados.

La caída de los precios es en muchos aspectos un presagio de lo que el futuro le depara a la industria energética. Las grandes compañías petroleras ya habían caído en desgracia con los inversionistas y el público en general por el papel que han desempeñado en el cambio climático. La demanda de petróleo podría alcanzar su punto máximo antes de lo esperado.

La abrupta caída actual significa que las compañías tendrán que acelerar los planes de reestructuración. Quizás tengan que reducirse los preciados pagos de dividendos. Las grandes multinacionales petroleras, entre ellas BP y ExxonMobil, tendrán que aumentar el gasto en formas alternativas de energía. La Agencia Internacional de Energía señaló recientemente que la inversión promedio de las compañías de petróleo y gas en áreas secundarias ha sido de apenas el 1% del gasto total de capital.

Los productores estadounidenses de petróleo, muchos de los cuales se expandieron gracias al crédito barato, serán los más afectados.

Trump ya había planteado la posibilidad de un rescate de la industria, incluyendo el ofrecimiento de espacio de almacenamiento en la Reserva Estratégica de Petróleo. De hecho, el colapso de los precios presenta una oportunidad que la administración estadounidense debería aprovechar. En un momento en que el consumo se ha paralizado por completo, sería oportuno atender los prolongados llamados a implementar algún tipo de impuesto nacional al carbono. Por lo menos, los subsidios deben tener condiciones adjuntas, como estipular que las compañías que reciben ayuda deben tener un plan de descarbonización.

Subir artificialmente el precio del petróleo normalmente sería una movida negativa para las personas y la economía, pero con las fábricas cerradas y millones de personas en casa, el petróleo barato difícilmente aumentará el poder adquisitivo. Los bajos precios también perjudican a las naciones productoras más pobres. La agenda ecológica exige un alejamiento radical del uso del petróleo.

Pero si la capacidad de producción se elimina demasiado rápidamente, el precio del petróleo podría aumentar considerablemente, provocándole al mundo otra dolorosa crisis económica antes de esa crucial transición.

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