El enigma del hipocampo: mal nadador, rápido depredador

Los caballitos de mar enanos atrapan a sus presas en el 90% de los casos a pesar de haber ganado el Guinness al pez más lento. La ciencia logró capturar en video su estrategia

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29 de noviembre de 2013 a las 15:40

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Maestro del sigilo



¿Cómo el hipocampo, mal nadador, se las arregla para alimentarse de presas mucho más rápidas que él? Todo está en la cabeza, indicaron investigadores en un estudio publicado en la revista Nature Communications.

"El hipocampo es uno de los peces más lentos, pero se las ingenia para capturar presas que nadan a velocidades increíbles para su tamaño", dijo el autor principal del estudio, Brad Gemmell, de la Universidad de Texas, en Austin, sur de Estados Unidos. De hecho, llegó a tener el Récord Guinness al pez más lento.

Este pez teleósteo se alimenta de copépodos, pequeños crustáceos que forman la base del plancton.
El hipocampo es uno de los peces más lentos, pero se las ingenia para capturar presas que nadan a velocidades increíbles para su tamaño", dijo el autor principal del estudio, Brad Gemmell

Para atrapar a su presa, el hipocampo gira rápidamente la cabeza y la aspira. El ataque tiene lugar en menos de una milésima de segundo, mientras el tiempo de reacción del copépodo es de dos a tres milésimas de segundo. Por lo tanto, una vez que el crustáceo está al alcance del hipocampo no tiene ninguna posibilidad.

El problema es que este método de succión de alta velocidad sólo puede funcionar a muy corta distancia (del orden de un milímetro). La pregunta para los investigadores es cómo hace el hipocampo para acercarse a su presa sin ser detectado. Porque para la carrera, es él quien no tiene ninguna posibilidad.

En aguas tranquilas, los caballitos de mar enanos (Hippocampus zosterae) atrapan a sus presas en el 90% de los casos. "Es extremadamente alto", dijo Gemmell, "y queríamos saber por qué". Así que su equipo utilizó un sofisticado sistema de video en 3D para registrar la acción al detalle.

El examen minucioso de los caballitos de mar ha demostrado que el pequeño pez es un maestro del sigilo y aprovecha las características aerodinámicas de su cabeza para sorprender a su presa, dijeron los científicos.

Con un hocico largo y pómulos salientes, este órgano ofrece una mínima resistencia al agua, lo que permite al caballito de mar acercarse lentamente a un copépodo sin ser detectado, explicaron.

Las conclusiones de este estudio revelado el martes podrían tener aplicaciones en la industria, en casos en que los procesos de fabricación necesitan microestructuras hidrodinámicas que puedan sumergirse en un líquido sin perturbarlo.
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