El gobierno volverá a aplicar la estrategia del silencio con Argentina

El gobierno aceptó el error del presidente y la crítica de Cristina; no habrá respuesta pública

Tiempo de lectura: -'

05 de abril de 2013 a las 20:53

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

El gobierno uruguayo prefirió mantener silencio luego de la patinada del presidente José Mujica, que le generó un duro reto de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Ayer, en una larga reunión mantenida en el piso 11 de la Torre Ejecutiva con el canciller Luis Almagro, el secretario de la Presidencia, Homero Guerrero, y el prosecretario Diego Cánepa, el mandatario decidió continuar su camino de reserva y asumir su error, aunque se negó a pedir disculpas públicas.

Según dijeron a El Observador fuentes oficiales, Uruguay no tiene previsto responder formalmente la carta de protesta entregada por el canciller argentino Héctor Timerman al embajador uruguayo en Buenos Aires, en donde se transmite “profundo malestar” y se consideran “denigrantes” los comentarios de Mujica en referencia al fallecido expresidente Néstor Kirchner.

El gobierno uruguayo “comprendió” el malestar transmitido desde Buenos Aires y se lamentó porque el exabrupto haya surgido en momentos en los que Uruguay tenía cifradas esperanzas en recomponer la relación bilateral, que se mantenía distante.

En el último tiempo hubo gestiones en silencio del otro lado del río para intentar encauzar las negociaciones al menos en los temas cruciales de la agenda bilateral, dijo a El Observador una fuente del gobierno. Por eso motivo hubo también lamento en el Poder Ejecutivo cuando trascendieron los comentarios de Mujica sobre los Kirchner.

El presidente Mujica, el vicepresidente Danilo Astori, el canciller Almagro y todos los gobernantes de primera línea consultados ayer por la prensa se negaron a realizar comentarios públicos sobre el incidente.

En el gobierno argentino no molestó tanto que el presidente uruguayo haya tratado de “vieja” o “terca” a Cristina Fernández de Kirchner. Sí molestó, y mucho, que Mujica se haya referido a Néstor Kirchner como “el tuerto”.

En la Torre Ejecutiva y en la cancillería uruguaya se esperaba una respuesta más dura desde Argentina. Creían que desde la Casa Rosada llegaría una réplica con elementos más ligados a la amistad que mantuvieron desde siempre Mujica, Néstor y Cristina, más aun, cuando el vecino país atraviesa un momento complicado por las víctimas que dejó un temporal en La Plata.

En el gobierno argentino existen diferencias. La presidenta no logra unanimidad en su administración, algo que sí ocurre en torno a la figura del fallecido expresidente, y eso lo tienen claro en Montevideo.

La mancha del tigre

El incidente de Mujica el jueves en Florida tuvo varios entretelones. Como se ha dicho, los comentarios del presidente se colaron en el micrófono de la transmisión de la Secretaría de Comunicación Institucional de Presidencia y luego de captados en su repetición inmediata a través de la web fueron difundidos por El Observador. El presidente hablaba en confianza con el intendente de Florida, Carlos Enciso, pero no se percató de que sus palabras eran difundidas en vivo por internet. Supo que sus comentarios fuera de protocolo ya recorrían el mundo minutos después, cuando se trasladó al club deportivo y social de Sarandí Grande. Allí, mientras almorzaba con Enciso, se acercó una funcionaria municipal para comentar la repercusión de la noticia, generada de inmediato. Mujica sonrió y dijo: “¿Qué le hace una mancha más al tigre?”. Esa reacción fue informada por Florida Diario y ratificada a El Observador por fuentes allegadas a Enciso.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.