Los militares venezolanos tomaron el control de la cárcel de Tocorón, ubicada en el estado de Aragua, a 130 kilómetros de Caracas hacia el suroeste.
Buscaban a Héctor Guerrero Flores, conocido como el Niño Guerrero, cabecilla de la banda Tren de Aragua, el mayor grupo de crimen organizado del país. Pero el Niño Guerrero no estaba entre los reclusos de ese centro penitenciario que el grupo narco que usaba las instalaciones como un centro operativo para sus actividades ilícitas.
Aunque en un principio la información brindada por las autoridades fue que la operación había sido un éxito, luego se supo que su jefe había huido de esa prisión.
Las autoridades venezolanas aseguraron que en la prisión encontraron todas las pruebas respecto de que la cárcel servía de gavilla para el Tren de Aragua, que había hasta un pequeño zoológico en su interior. Lo que no precisaron es qué ocurrió con los líderes de la organización criminal.
Recién 48 horas después de la supuesta exitosa operación, las redes sociales bolivarianas se hicieron eco de que el Niño Guerrero habría logrado escapar del centro penitenciario antes de la redada.
“Capturaron a una población donde no hubo resistencia. Nosotros tenemos información que dice que los pranes (nombre que reciben los líderes de las pandillas carcelarias en Venezuela) se habían escapado hace días”, le dijo a BBC Mundo Humberto Prado, director del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), antes de que el gobierno aceptara que Guerrero ya no estaba en la cárcel.
“Impedimos una fuga masiva y controlamos a todos los privados de la libertad y también capturamos a algunas personas con armamento”, dijo el ministro de Relaciones Interiores, Remigio Ceballos, sin hacer mención si el jefe del Tren de Aragua habría logrado irse.
El presidente Nicolás Maduro felicitó a los efectivos a cargo de la intervención y añadió: “¡Vamos hacia una Venezuela libre de bandas criminales!”, sin hacer tampoco mención a Guerrero.
El Niño Guerrero es Héctor Rusthenford Guerrero Flores. Nació y creció en Maracay, capital del estado de Aragua y, de acuerdo con el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, comenzó su actividad criminal a principios de los 2000.
En 2005 disparó contra un policía que luego falleció. Fue detenido recién cinco años después, en 2010, e ingresó por primera vez a la cárcel de Tocorón, acusado de tráfico de drogas, homicidio y robo.
En 2012 logró escapar y se convirtió en uno de los delincuentes más buscados en Venezuela. Al año fue recapturado y llevado nuevamente a la cárcel de Tocorón, donde se movía como pez en el agua.
En 2018 fue condenado a 17 años de cárcel, pero eso no le impidió expandir el Tren de Aragua no sólo a toda Venezuela sino hacia el sur a Perú, Ecuador y hasta el norte de Chile. Hacia el norte, la banda armó un corredor de narcotráfico hacia Trinidad y Tobago y también en Panamá.
Los cálculos de las autoridades venezolanas y de distintos organismos de inteligencia criminal calculan en no menos de 4.000 la cantidad de miembros del Tren de Aragua. Además del Niño, dos de los líderes son de su propia familia: su hermano, Cheison Rover Guerrero, y su cuñado, Neomar Antonio Aldana.
La periodista venezolana Ronna Rísquez publicó hace poco el libro que lleva el nombre de la banda. Según su investigación, la diversidad de actividades del Tren de Aragua va desde extorsión, secuestro, robo, estafa, minería ilegal de oro y contrabando de chatarra, así como homicidios, sicariatos, narcotráfico, lavado de dinero, trata de personas, tráfico de migrantes y venta de armas a otros grupos criminales de la región.
No resulta extraño que el Niño haya logrado corromper a muchos funcionarios de prisiones y que el supuesto éxito de la toma de la cárcel haya tenido un prólogo distinto: la fuga a través de un túnel construido con mucha anterioridad y que utilizaban para entrar y salir del penal a realizar sus acciones ilegales.
En la noche del viernes, el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz de Venezuela confirmó que el Niño Guerrero huyó de la cárcel y que podría estar en Perú. En diciembre próximo, Héctor Guerrero cumplirá 40 años. Desde los 17 era señalado como vendedor de drogas.
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