El Nacional de Gutiérrez, amarrete pero eficaz
Sin juego asociado, cambios defensivos y con mucho sufrimiento al final Nacional ganó y solo necesita un punto para clasificar
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11 de abril de 2019 a las 05:01
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Casi sin quererlo, recordando una y otra vez con distintos voceros que el gran objetivo del año es el Campeonato Uruguayo, Nacional está a un pasito de los octavos de final de la Copa Libertadores.
El tricolor le ganó el miércoles 1-0 a Zamora en el Gran Parque Central y con la goleada de Cerro Porteño sobre Atlético Mineiro (4-1) quedó a un punto de superar la fase cuando aún debe visitar a los brasileños el martes 23 y recibir a los paraguayos –ya clasificados– el martes 7 de mayo.
Despojado por Eduardo Domínguez –y el mandato de los dirigentes– de hacer un papel protagónico en la Copa, el tricolor encarriló la clasificación con el argentino ganando sus primeros seis puntos.
Después llegó Álvaro Gutiérrez con su librito. Un manual de formas básicas basado en el instinto de supervivencia. Donde la pelota se revienta del fondo y se pelea con aspereza. Donde la estética no cabe más allá de los aislados destellos de talento de los que saben. Donde el fin de ganar es mucho más fuerte que las formas empleadas.
Nueve veces la reventó desde el fondo Nacional en los primeros 45’ optando siempre por dividir. Y así, la generación de juego dependió demasiado de la capacidad del equipo de ganar la segunda pelota para activar sus circuitos de juego ante un rival agrupado en el fondo.
Así, los Santiago Rodríguez, Rodrigo Amaral o Gonzalo Castro aparecieron aislados y siempre superados numéricamente por el rival.
Un remate desviado de Amaral tras desborde de Matías Viña y una pelota que el 10 recuperó en el área tras grosero error del uruguayo Ignacio González y estrelló contra el palo hacían pensar que si el equipo aceleraba el paso en el segundo tiempo le iba a pasar por arriba a Zamora.
Sin embargo, el que salió mejor en el complemento fue la visita. Luis Mejía salvó el arco tras cabezazo de González a la salida de un córner. Como ante Cerro y Cerro Poeteño otra vez problemas defensivos por arriba.
Pero el fútbol es impredecible, caprichoso y ventajero. Cuando el viento del destino soplaba para Zamora llegó el gol de Nacional. Un golazo que prueba que este equipo tiene armas para jugar. Santiago Rodríguez lo puso a correr con un tacazo a Viña y este conectó a Bergessio en el área. El argentino definió de taco.
Después, Gutiérrez redobló su apuesta austera para llevarla a una fase decididamente amarreta. Sacó a Amaral y puso a Joaquín Arzura.
Zamora se adueñó del campo y de la pelota. Con la velocidad de Erickson Gallardo regó de peligro cada veloz avanzada. Con Gustavo Rojas encontró un nexo mucho más fino entre volantes y delanteros.
Pero los venezolanos carecieron de la eficacia que tuvieron los tricolores. Rojas falló por cuestión de centímetros dos ocasiones que se fueron pegadas contra el palo derecho de Mejía. Por ahí también se escapó el último intento de media distancia, tras remate de Ángel Osorio.
Del resto se encargó un Felipe Carvalho que desactivó un montón de ataques rivales.
Nacional ganó. Amarrete pero eficaz. Limitado pero con un pie y medio en los octavos de la Copa.
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