El uruguayo que cambió las ocho horas por una azotea en las Llamadas
El evento del carnaval más internacional de Montevideo es una fuente de ingresos para todo el año para vecinos de Isla de Flores
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08 de febrero de 2019 a las 17:55
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El carnaval más largo del mundo vive en Uruguay y conserva una tradición ancestral: las Llamadas, un evento que congrega a los barrios Sur y Palermo y que ofrece a los vecinos una oportunidad para ganar dinero extra en medio.
Andrés González tiene 35 años y es organizador de eventos. En octubre de 2014 se mudó junto con un amigo a una amplia casa en Palermo, justo en la calle Isla de Flores, por donde pasan los tambores. Ese febrero descubrió que podía trabajar en casa.
La de este año es su quinta llamada, la primera desde que decidió dejar su empleo en una empresa porque es "de las personas que quieren escaparle a las ocho horas de oficina" y porque su azotea le reditúa mucho más en apenas dos noches al año.
"Con las Llamadas pago seis meses de alquiler", confiesa al hablar en el mismo espacio que acondiciona con bombitas de colores y en el que este año recibe a una treintena de personas que encontraron su casa en Mercado Libre, y pagan $ 2.000 y $ 3.000 cada uno para vivir seis horas de puro candombe, asado y cerveza.
Alquiler de baños y azoteas, venta de cerveza, refrescos, nieve artificial o máscaras son el rebusque de cientos de personas que esperan durante todo el año que llegue febrero.
Unas 100.000 personas de todo el mundo se cuentan año tras año. Ximena Martínez, gerenta de la agencia de turismo receptivo Transhotel, dijo que "los europeos aman las Llamadas". "El año pasado vinieron 20 finlandeses que se emocionaron hasta las lágrimas y quieren volver".
El pasillo de la pensión que conduce María Isabel Pérez lo conocen hasta los chinos. La mujer hace cinco años que ofrece su baño "a voluntad" y vende cervezas.
"Con lo recaudado pago muchas cuentas, teléfono, deudas y esas cosas. Aproximadamente cubro tres meses, si la llamada anda bien y no llueve", afirmó.
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"Las Llamadas son un timbrazo a la sensibilidad de una triste historia, la de los esclavos traídos contra su voluntad a nuestras tierras, pero que no perdían la alegría de vivir y la esperanza de ser libres. Son energizantes, pues se nutren de su pasado liberador", opinó la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, una fiel candombera.
"Para los vecinos, su barrio se convierte en la centralidad de un país que festeja al ritmo de las lonjas, su oscuro pasado que transformó en igualdad, y que lucha por la equidad con la alegría de conseguirla, y superar las actuales dificultades", agregó.
Patrimonio Cultural de la Humanidad
Las Llamadas, declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por Unesco, recrean una legendaria costumbre de las tribus africanas. Cada una está integrada por unos 30 tamborileros, una vedette y personajes típicos como los portabanderas, mamas viejas y escoberos, entre otros.
Las miles de personas dispuestas a la vera del camino intentan tocar alguna de las gigantes banderas que flamean sobre sus cabezas para "atraer a la suerte" y animan a los artistas cuando el cansancio asoma en sus rostros, camuflado por el maquillaje, tras tocar y bailar durante los 900 metros que dura el trayecto.
Nadie vive triste las llamadas, mucho menos los vecinos de Barrio Sur y Palermo, a quienes el carnaval les alegra el corazón, el espíritu... y el bolsillo.
Fuente: Basado en AFP
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