L. CARREÑO

En una noche redonda, Peñarol volvió con su mejor versión

Con goles de Cebolla Rodríguez, Acosta en contra y Rojo, ganaron los aurinegros y quedaron segundos en el grupo C

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04 de abril de 2018 a las 21:45

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Intensidad, ida y vuelta y por momentos buen juego fueron las claves para que Peñarol se llevara lo único que le servía ante Atlético Tucumán: la victoria.

Esos tres puntos llegan en el momento justo teniendo en cuenta cómo se había perdido en la altura de La Paz ante The Strongest, y luego del mazazo de Torque.

El comienzo de Peñarol fue a todo ritmo. Por derecha y por izquierda comenzó a inquietar ya, de entrada, a su rival.

Tanto Fabián Estoyanoff como Agustín Canobbio sorprendieron a un equipo que normalmente se sabe parar muy bien en la cancha. Sin embargo, en esos primeros minutos, fue cuando los dirigidos por Leonardo Ramos lograron sacar diferencias en el juego en un compromiso que, como se esperaba, se hizo muy friccionado.

Un gran desborde de Canobbio –quien venía siendo figura pero ante Torque el fin de semana pasado jugó su peor partido– obligó al error no forzado del exzaguero de Nacional, el uruguayo Rafael García quien le cometió penal.

Así llegó el 1-0 por intermedio del Cebolla Rodríguez cuando solo iban 10 minutos. Hacía 14 años que no convertía por Copa Libertadores.

Peñarol supo jugar con la diferencia, lo hizo con inteligencia, manteniendo la pelota, marcando muy bien y tratando de volver a atacar siempre con los volantes externos. Así era como le causaba mayores problemas a su adversario.

Atlético Tucumán fue muy tímido durante la gran mayoría del primer tiempo. No se animó a entrarle a Peñarol que, como se explicó, estuvo en todo momento muy bien parado tanto en mitad de cancha, como en la línea de cuatro del fondo. La única jugada se vio al principio cuando Kevin Dawson le salió muy bien a Javier Toledo, el delantero ex Peñarol.

El Lolo Estoyanoff siguió buscando por derecha y tuvo el segundo sobre los 31 minutos. Volvió a ganarle la cuerda a su marcador, pero su remate fue enviado al córner por el arquero Augusto Batalla.
Esa fricción que se mantuvo durante los primeros 45 minutos, llevó a faltas fortísimas como la de Toledo, quien perfectamente pudo haber sido expulsado sobre los 41 minutos por una tremenda plancha sobre Cachila Arias. Se salvó con la amarilla.

Peñarol contó con la batuta del Cebolla Rodríguez, quien participó activamente y mejoró mucho lo que mostró ante Torque. También aportó mucho más Guzmán Pereira en una zona determinante.

Ese ida y vuelta del Cebolla fue lo que también empujó al equipo con un juego más atildado.
Mejor inicio del complemento no pudo haber tenido Peñarol cuando tras un tiro libre de 30 metros de Estoyanoff, la pelota se desvió en Guillermo Acosta para el 2-0. Fue tan importante que cuando el Cebolla pasó por al lado del jugador argentino, le dio un beso en la cabeza como agradeciéndole.
De esa forma, el equipo de Ramos jugó más tranquilo, manejó los tiempos y el despliegue de sus futbolistas.

Sobre los 61 minutos se lució Dawson ante una llegada por izquierda de Gervasio Núñez.
Y 2 minutos después, llegó el descuento tras un insólito penal cometido por Cachila Arias que el Pulga Rodríguez –goleador histórico del decano argentino– transformó en gol. Eso generó algo de nerviosismo en los aurinegros.

Enseguida Ramos recurrió a dos cambios para mantener el ritmo de juego y sacó a Maximiliano Rodríguez y a Estoyanoff, ingresando Mathías Corujo –quien pasó al doble 5 con Guzmán Pereira, subiendo el Cebolla– y Giovanni González.

Así el aurinegro recobró confianza y más con la entrada de Cristian Palacios. A los 82', una gran habilitación del Cebolla, le dio el tercero a Rodrigo Rojo.

Peñarol volvió a tener la intensidad que el técnico Ramos quiere. Y ese no es un tema menor. La ausencia de Walter Gargano se siente y se seguirá sintiendo seis meses más, pero hay encuentros como este en los que no se notó el faltazo.
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