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Especial: el legado del general
Electoralmente hablando Líber Seregni fue un general derrotado. Para la historia, será el fundador de una maquinaria política que pautaría el Uruguay en el inicio del nuevo milenio y provocaría una crisis de proporciones bíblicas en sus adversarios.
Dicen que el senador del Frente Amplio, Zelmar Michelini, asesinado en Buenos Aires en 1976, decía que en 40 o 50 años se le iba a reconocer a Seregni el papel jugado en la historia del país. Esta semana hizo once años de la muerte de Seregni, la fuerza política que fundó, el Frente Amplio, lleva más de 40 años creciendo y con tres períodos consecutivos en el gobierno nacional.
Así como hay un batllismo y un wilsonismo, ¿hay un seregnismo?
Sobre su legado escribieron especialmente para El Observador el presidente de la República, Tabaré Vázquez, y el ex mandatario Julio Sanguinetti. Anécdotas más humanas fueron relatadas en dos columnas escritas por los militares que Seregni tuvo siempre a su lado como secretarios. Entre los secretarios civiles destacó Carlos Baraibar, quien hizo sorpresivas revelaciones para este trabajo acerca del accionar de Seregni para conducir con rienda firme a una coalición de partidos que era una experiencia única en el país.
Al final de su vida política, y otra vez en el papel del general derrotado, Seregni se enfrentó a las mayorías internas que en algunos casos fueron con él con tanto ímpetu que en su propio comité de base le gritaron "traidor".
El informe especial sobre el legado de Seregni se publicará mañana sábado 1, con la edición papel de El Observador.
