Expertos advierten por riesgo ambiental de la nueva planta de UPM
El río Negro ya está dañado, tiene un caudal 10 veces menor que el Uruguay y alojará a una fábrica que producirá más que la de Fray Bentos
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13 de noviembre de 2017 a las 05:00
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Si UPM incumple hay multas y se puede llegar al cierre de la planta", dijo la ministra de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Eneida De León a radio Carve el viernes pasado. La jerarca se refirió a la preocupación ambiental que genera la posible instalación de una segunda planta de celulosa de la firma finlandesa en Paso de los Toros (Tacuarembó). El principal problema es que el río Negro, donde se verterían los desechos de la fábrica, ya está contaminado y se advierte sobre que los niveles de fósforo empeorarán una vez que empiece a funcionar la industria.
Las normas indican que el río Negro puede tener hasta 25 microgramos de fósforo por litro de agua. Este nutriente favorece la proliferación de cianobacterias, unas algas que se caracterizan por su toxicidad.
Sin embargo, estudios de Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (Udelar) indican que en áreas como Palmar los niveles de fósforo oscilan entre 124 y 134. En Baygorria están en 83 microgramos de fósforo y en Rincón del Bonete llegan a 91.
Se estima que una vez que empiece a funcionar la planta de UPM en Paso de los Toros, los niveles de fósforo en el río Negro podrían crecer entre 70 y 100 microgramos por litro de agua. En otras palabras, el cauce se contaminaría todavía más.
De León señaló que "hay todo un capítulo de permisos ambientales que está en una primera etapa". Según la jerarca, como recién se firmó un primer contrato de inversión, todavía no está claro cómo será el funcionamiento de la planta y qué impacto que tendrá esa industria en un ecosistema ya de por sí bastante vulnerable.
Lo cierto es que aún no se realizaron análisis de impacto ambiental y lo único que establece el contrato firmado entre las partes es que UPM "se compromete a compensar ambientalmente a Uruguay aportando apoyo técnico y financiero para mejorar la calidad de las aguas del río Negro, así como disminuir y evitar las principales causas de la contaminación de las aguas en su cuenca". Agrega que la empresa destinará US$ 10,5 millones para esa contingencia.
Riesgos
La pregunta que surge es: ¿en un cauce de agua que está contaminado, más desechos significan más contaminación? La primera alarma se enciende al identificar que la planta, que tendrá una producción mayor a las dos que ya están instaladas (UPM 1 y Montes del Plata), estará sobre el río Negro, que tiene un caudal casi 10 veces menor que el río Uruguay donde está la primera planta de la empresa finlandesa, advirtió a El Observador el investigador de la Facultad de Ciencias, Luis Aubriot. El experto señaló que la información disponible es muy escasa, por lo que las estimaciones que se pueden realizar son escuetas. De todas formas, adelantó que en principio es un riesgo la instalación de la planta.
El acuerdo establece que "la concentración diaria máxima permitida en la descarga se establecerá en un valor (...) en el entorno de 2 miligramos por litro de agua", lo que implica que es aún más exigente que los estándares de vertidos de fósforo previstos en la normativa ambiental de 1979, que son de 5 miligramos por litro. Esa exigencia ya la cumplen las plantas que están instaladas y la de Fray Bentos, por ejemplo, vierte 75 kilos de fósforo por día. Esta planta, según Aubriot, debería verter 10 veces menos por el menor caudal del río para mantener los mismos estándares. Sin embargo, su producción va a ser mayor, por lo que es difícil que eso se cumpla. El río Negro está actualmente en un nivel intermedio-bajo de contaminación.
En el mismo sentido se pronunció el doctor en ciencias biológicas Guillermo Goyenola. Consultado por radio Carve el viernes pasado, dijo que los riesgos de la instalación de una planta de UPM a orillas del río Negro "no son despreciables".
Si bien el valor exigido en el contrato es de 2 miligramos por litro de fósforo, el científico se preguntó si en todo momento del año, "habrá caudal suficiente para diluir estos aportes (de fósforo)".
"Desde el punto de vista científico diría que estamos en riesgo, porque la condición del río Negro no es la que desearíamos, y esto implica un incremento de fósforo como contaminante y el riesgo va a ser mayor que el actual", señaló.
"Si tenemos los bolsillos bien llenos, pero no hay agua para tomar, estaremos en problemas", agregó.
Por su parte, Néstor Mazzeo, investigador especializado en ecología, señaló que es pronto para sacar conclusiones sobre el impacto ambiental porque hay tecnología disponible para mitigar los efectos de la planta. "Hay máquinas muy costosas que podrían neutralizar los efectos, pero también hay que ver si la empresa está dispuesta a asumir los costos de esas nuevas tecnologías", consideró.
Una ambición
Voceros de la empresa UPM admitieron este viernes, al presentar el proyecto a la prensa y vecinos de Paso de los Toros, su preocupación por el estado ambiental del río. "Sabemos que el río Negro no está en la mejor forma y tenemos la ambición de que eso cambie", dijo uno de ellos. Según UPM, con "acciones correctas", y con la planta funcionando, en cinco años se puede revertir esa situación.
La ministra agregó que de igual manera que la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) realiza controles periódicos en la planta de Fray Bentos (departamento de Río Negro, cuyos vertidos van al río Uruguay), lo hará con la que podría funcionar en Paso de los Toros.
Además, la funcionaria afirmó que la empresa finlandesa "utiliza la mejor tecnología" para tratar los desechos, por lo que el gobierno tendrá las mismas exigencias con la nueva pastera. Fue ahí que se refirió a la sanción que podría caberle si, por el contrario, incumple.
Sobre el contrato, el activista Víctor Bacchetta, integrante del movimiento Uruguay Libre, dijo a El Observador que le resultó "un chiste". Según afirmó, el gobierno "fue el único que asumió un compromiso" en el acuerdo, porque UPM todavía está a tiempo de echarse para atrás.
Bacchetta consideró que los US$ 7 millones que Uruguay le pidió a UPM para el tratamiento de afluentes es un "número tirado al vuelo", porque hay que hacer un estudio de impacto ambiental antes de tomar decisiones.
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