AFP

Facebook recibe una lección sobre inteligencia artificial de Google y TikTok

Los sueños de Mark Zuckerberg chocan con la realidad actual

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07 de febrero de 2022 a las 05:04

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Richard Waters 

Facebook — o Meta, como prefiere llamarse ahora — dijo la semana pasada que estaba construyendo lo que pronto será la mayor supercomputadora del mundo para manejar la inteligencia artificial (IA). 

A cualquiera que desconfíe de tanto poder informático en manos de una compañía que ha admitido haber cometido deslices devastadores en el pasado, seguramente esto es tan siniestro como cuando un supervillano de Bond revela su último invento. 

No hace mucho tiempo, un exaFLOP de potencia de cálculo (aproximadamente el equivalente a 10 millones de computadoras portátiles resolviendo juntas el mismo problema) era todavía un sueño entre los aficionados a las supercomputadoras. Ahora Meta dice que su máquina tendrá cinco veces esa potencia a mediados de este año. 

En lugar de amenazar al planeta, Meta insiste en que su tecnología se utilizará para construir mundos. En concreto, conjurará los hábitats 3D generados digitalmente que un día formarán el metaverso. 

Esta semana, sin embargo, el gigante de las redes sociales ha sido humillado por una inteligencia artificial totalmente más mundana. El algoritmo de participación principal de TikTok, cuya función es maximizar el tiempo que la gente pasa viendo sus pegajosos vídeos cortos, ha sido promocionado como el uso más eficaz de la IA por parte de los consumidores. Ahora parece que la tecnología de TikTok está empezando a surtir efecto. Mark Zuckerberg destacó el crecimiento vertiginoso de su rival chino al tiempo que explicaba la sombría erosión de las perspectivas del futuro de su propia compañía, que ha borrado de la noche a la mañana casi US$250 mil millones de su valor bursátil, al desplomarse sus acciones un 25 por ciento. 

Quizás Zuckerberg sueña con metaversos lejanos, pero la IA de TikTok está transformando el presente. Su algoritmo busca señales que muestran la popularidad de cada vídeo y, luego, comprueba cuán eficientes son estas señales para aumentar el número de veces que los usuarios regresan a la aplicación o para conseguir que pasen más tiempo en ella. Armada con suficientes datos y aplicada a los servicios digitales del mercado masivo, la IA de este tipo ya está teniendo un impacto arrollador. 

Un día antes de la ominosa advertencia de Facebook sobre la amenaza de TikTok, Google brindó una de las demostraciones más potentes de esta tecnología en acción. Sus ingresos por publicidad aumentaron inesperadamente en el último trimestre, en buena parte como resultado, según la compañía, de la IA aplicada. 

Como en el caso de TikTok, se trata de mejorar un servicio que ya es muy popular entre un determinado grupo de clientes para hacerlo aún más valioso. La IA de Google analiza el funcionamiento de las campañas publicitarias y ayuda a los clientes a idear las estrategias de puja más eficientes para utilizar en sus subastas en tiempo real. También examina los diferentes textos, imágenes y vídeos que los anunciantes tienen a su disposición, y recomienda cómo agruparlos para que el mensaje funcione más eficientemente para cada público. 

Al igual que en el caso de TikTok, lo que lo hace poderoso es el gran volumen de datos que procesan los algoritmos. Más de US$250 mil millones de publicidad pasaron por los sistemas de Google el año pasado, una gran parte de los US$700 mil millones de ingresos de toda la industria publicitaria mundial estimados para 2021. 

Las compañías que apliquen técnicas como éstas de la mano de los últimos avances algorítmicos deberían estar en la mejor posición, aunque la naturaleza altamente opaca de la tecnología hace que sea difícil saberlo; los críticos de Google afirman que su éxito reciente se debe a prácticas comerciales depredadoras más que a la tecnología. 

El ritmo de estos últimos avances de la IA se está acelerando. Entre ellas se encuentra Pathways, un sistema de Google que combina varias técnicas de IA diferentes para conseguir una forma más flexible de analizar los problemas. La compañía hermana DeepMind mostró lo que podría ser el sistema de generación de lenguaje con mejores resultados. Y el mes pasado, Google publicó un documento en el que afirmaba que su propio sistema lingüístico, LaMDA, había logrado grandes avances en la lucha contra las inexactitudes sistémicas generalizadas recurriendo a fuentes autorizadas para comprobar sus datos. Los anuncios de estos avances se han convertido en algo habitual. 

Los avances de la IA podrían traer algún día los mundos del metaverso generados artificialmente que promete Meta. Pero en un futuro previsible, su principal impacto vendrá más bien de su capacidad para turboalimentar los servicios digitales, que operan a gran escala, y que ya están devorando este mundo. 

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