A. Sartorotti

Fernando Pereira, sobre asesinato de un repartidor en Pocitos: "No matan a un ajeno, matan a un compañero nuestro"

El presidente del PIT-CNT dijo que la violencia es uno de los temas de preocupación de la central obrera

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01 de mayo de 2018 a las 10:16

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El presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, se refirió al asesinato de un trabajador este domingo en el minimercado Kinko de Sarmiento y Obligado, en Pocitos, y dijo que la violencia es uno de los temas de preocupación para la central obrera.

"Lo que pasó en el supermercado Kinko, como lo que pasó hace poco en Super Vero (donde el delincuente apodado "El Kiki" mató a una cajera e hirió a un guardia de seguridad), nos parte el alma, porque matan a compañeros nuestros. Lo que la gente no entiende cuando habla el PIT-CNT es que no matan a un ajeno, matan a uno nuestro, matan a un compañero nuestro. Y lo sentimos como nuestro al chiquilín que estaba con los palos de golf con el profesor, aunque no fuera afiliado al movimiento sindical, era un chiquilín que estaba aprendiendo deporte (y fue asesinado durante una rapiña en el Cerro)", dijo Pereira a El Observador antes de que empezara el acto.

"Atacar las causas que provocan esa delincuencia debe ser una prioridad del país", remarcó Pereira, y agregó: "Estamos en una sociedad muy violenta. El atajo es pedir la renuncia del ministro, ese siempre es el atajo. El problema es cuál es la construcción colectiva que permite tener una sociedad segura. Las sociedades más seguras del mundo son las que tienen menos cárceles, son las que provocaron mayor igualdad social".

El presidente del PIT-CNT dijo que "a pesar de que la distribución de la riqueza se modificó", el 20% "más rico", se queda con el 43% de la riqueza, mientras que el 20% "más pobre" se queda con el 8%. "Con ese nivel de inequidad, no hay sociedades no violentas", dijo Pereira.

Un empleado de 22 años del supermercado Kinko fue asesinado en la noche del domingo, luego de intentar detener un asalto al almacén. El joven se enfrentó al delincuente –que llevaba un casco puesto y usaba campera roja– que ingresó al local sobre las 23 horas, exigiendo toda la recaudación. Una vez que accedió al dinero y se dispuso a huir con un compañero que lo esperaba afuera en una moto, el empleado intentó detenerlo.

Según quedó registrado en las cámaras de seguridad, el trabajador corrió hacia donde estaba el hombre y comenzó a luchar con él: se empujaron violentamente, derribando varias botellas de vino que había en una góndola cercana.

Finalmente, el asaltante le disparó tres veces: en el pecho, en el abdomen y en una pierna: murió horas más tarde en el hospital. Los delincuentes escaparon; el dinero que intentaban hurtar quedó tirado en la vereda.



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