El artista plástico José Gallino defendió este lunes sus obras ante la polémica que se generó tras el rechazo de la Facultad de Arquitectura a un mural que pintó en la pared lateral del Instituto de Profesores Artigas (IPA).
"Está bueno que la gente opine, bienvenido sea el debate" expresó Gallino al ser entrevistado por Desayunos Informales. "No los veo como un delito sino como una expresión, y los seguiré haciendo", afirmó.
El artista fue cuestionado por haber retratado a Antonio Grompone, fundador del IPA, en uno de los laterales de la sede de ese instituto. La Facultad de Arquitectura había expresado a fines de agosto su "preocupación ante una serie de intervenciones que desde hace un tiempo afectan al espacio urbano montevideano", y apuntó en particular contra el nuevo proyecto del artista salteño. "La intención y sus polémicos resultados cobran mayor gravedad cuando se imponen no solo a las medianeras sino a las fachadas de algunos edificios, aun a las obras notables de la arquitectura uruguaya", agregó.
Esa casa de estudios apuntó al mural de Grompone por su "debilidad teórica: denota el desconocimiento absoluto de los valores de ese edificio singular y la incomprensión de los criterios proyectuales que presiden toda obra de arquitectura".
El texto emitido por la facultad resaltó el carácter de bien de interés departamental del edificio, proyectado en 1937 por el estudio De los Campos, Puente, Tournier (mismos responsables, por ejemplo, del Hotel San Rafael de Punta del Este), y destacó que "podría estar en mejores condiciones de mantenimiento".
"La intervención impone su propio criterio compositivo, cromático y escalar, ante una trama arquitectónica que es ignorada y violentada por completo", señaló el comunicado. "Cuestionar esto no implica decretar el cisma entre arquitectura y artes plásticas, sino asumir que dicho lazo debe ser pensado con cautela y en el marco del proceso proyectual", puntualizó el mensaje del Instituto de Historia de la FADU, que planteó como tema de fondo el debate sobre "la idea de que la arquitectura es un soporte artístico en potencia, una suerte de esqueleto en espera de vestimenta. Una hipótesis que reduce lo edilicio a un nivel elemental y desconoce su dimensión plástica o estética".
Este lunes, Gallino realizó sus explicaciones. "La pared me gustaba", dijo al resaltar que la obra llegó luego de un acuerdo firmado con la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). Expresé que no cobró nada por el trabajo, al que definió como un "aporte a la cultura y a la educación".
"Nunca les gustó lo que es el mural porque tapamos la arquitectura, pero hay muchas cosas en la arquitectura que tampoco me caen bien", afirmó el artista plástico en la entrevista. "Se levantan edificios mastodontes que rompen mucho con lo natural. También tenés una casa en la playa y te levantan un edificio enfrente y te saca toda la visual de la playa. Hay un montón de cosas como para debatir sobre ello", agregó.
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