La aviación de Turquía atacó bases kurdas en Irak y Siria causando numerosos muertos

Los bombardeos aéreos fueron este domingo sobre el norte de Siria e Irak. El Ministerio de Defensa turco denominó al operativo como Garra-Espada, y consistió en el envío de aviones de la Fuerza Aérea contra territorios donde está el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, PKK, y las Unidades de Protección del Pueblo Sirio, YPG.

Turquía señaló que la operación es una respuesta al atentado del pasado domingo 13 de noviembre, cuando una bomba estalló en la ciudad de Estambul que dejó seis muertos y 81 heridos. Sin embargo, el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), considerado por Ankara como una guerrilla kurda en Turquía, rechaza cualquier participación en el atentado terrorista del que es señalado.

Según el comunicado del ministerio de Defensa turco, la ofensiva fue contra “bases utilizadas para lanzar ataques terroristas" en suelo turco. "La operación aérea Garra-Espada se llevó a cabo con éxito, dentro del alcance de nuestra estrategia para erradicar el terrorismo en su origen y eliminar los ataques terroristas contra nuestro pueblo y las fuerzas de seguridad del norte de Irak y Siria", señaló el comunicado.

Según ese comunicado, fueron destruidos 89 objetivos y “abatieron a un gran número de terroristas”. Las zonas atacadas fueron desde Tall Rifat, en el noroeste de Siria, hasta las montañas Qandil, en el noreste de Irak.
Desde el otro lado, Farhad Shami, portavoz de las Fuerzas Democráticas Sirias (FSD), una organización kurda, aseguró que los ataques ocasionaron la muerte a 11 civiles y destruyeron un hospital, una planta de energía y cultivos de granos. Según Shami, los bombardeos fueron contra dos aldeas densamente pobladas por personas desplazadas. 

“Hubo ataques aéreos turcos aquí, aproximadamente cinco ataques. El bombardeo causó destrucción masiva. Cerró la estación por completo y resultó en la muerte y lesiones de civiles inocentes, que no cometieron ningún pecado”, dijo Abdulgafar Ali, un empleado de una estación de servicio, en la ciudad de Derik, que se encuentra en la unión de las fronteras de Siria, Irak y Turquía.

Por su parte, las Unidades de Protección Femeninas (YPJ), integradas por mujeres kurdas, afirman que el objetivo de Turquía es aterrorizar a la población. “Los ataques aéreos son aleatorios y tienen como objetivo a la gente”, señaló la oficina de medios de las YPJ.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) aseguró que los asaltos alcanzaron posiciones del ejército sirio y contabilizó al menos 12 muertos, incluidos miembros de las fuerzas kurdas y soldados sirios. Según ese observatorio hubo alrededor de 25 ataques aéreos en zonas de Alepo, Raqqa y Hasakah.

En justificación por sus acciones, el Gobierno de Erdogan citó el derecho a la autodefensa en virtud del Artículo 51 de la Carta de la Organización de Naciones Unidas. Después de las embestidas, el Ministerio de Defensa publicó una foto de un avión de combate F-16 acompañada de la frase: “¡Tiempo de recuperación! Los sinvergüenzas están siendo obligados a rendir cuentas por sus traicioneros ataques”.

El portavoz del presidente Erdogan, Ibrahim Kalin, publicó en sus redes sociales una fotografía de la bandera turca junto a la frase “Tiempo de venganza por Istiklal”, una referencia a la concurrida calle de Estambul donde ocurrió el atentado de la semana pasada.
(con información de agencias)