La caja de Pandora del presidente Trump

El Presidente Donald Trump anunció el pasado martes 8 de mayo que retiraba a Estados Unidos del pacto nuclear con Irán, conocido también por sus siglas en inglés JCPOA (Plan integral común para la acción) desoyendo los consejos de sus aliados en la Unión Europea y haciendo caso omiso a declaraciones reiteradas de parte de Rusia respecto de lo peligroso de dicha decisión.

Trump, mediante anuncios rimbombantes carentes de sustento real, demuestra así que le preocupa más anular cualquier vestigio de la administración Obama que sopesar las consecuencias, esta vez previsibles, de medidas erráticas como esta que generan una reacción en cadena, en una región atribulada como es Oriente Medio.

Mientras Arabia Saudí y sus socios en el Golfo como Emiratos Árabes Unidos, empeñados en contener la influencia iraní y socavar su régimen islámico, se frotan las manos en señal de victoria al tiempo que se lanzan de lleno a la carrera armamentista (el reino saudí es el segundo importador de armas en el mundo) Israel e Irán se enzarzan en ataques recíprocos, en una guerra directa y no a través de intermediarios, sobre territorio sirio, consagrando a Siria en el teatro de operaciones de potencias regionales y otras de fuera.

¿Acaso la troika europea o la Agencia Internacional de Energía Atómica son culpables de ocultar actividad nuclear en Irán post firma del acuerdo en 2015? La realidad es que Trump con su retórica inflamatoria consigue crear un clima pre-bélico aprovechando que el imaginario colectivo en Occidente ya defenestró, y por tanto aisló al régimen iraní, hace décadas.

Sin embargo fue el propio Estados Unidos, ya desde la presidencia de Bush Jr. el que contribuyó decisivamente al auge del poder geopolítico que Irán detenta en la actualidad. La intervención estadounidense en Irak en 2003 facilitó la entrada de Irán en el sistema de poder establecido en dicho país tras la caída de Sadam Husein. La perpetuación de la guerra en Siria y la falta de liderazgo genuino de Estados Unidos en la región ayudó al establecimiento de un acuerdo tácito entre Rusia e Irán para preservar al régimen sirio, lo cual se tradujo en mayores apoyos logísticos y financieros para los grupos de combatientes tutelados por Teherán como Hizbulá del Líbano. Esto a su vez redundó en la victoria que obtuvo su homónimo partido político en las elecciones legislativas libanesas celebradas el pasado domingo 6 de mayo, en las que se alzó con la mayoría de escaños.

Sus socios europeos deberán ahora negociar con Rusia y China cómo preservar el pacto nuclear con Irán teniendo en cuenta además que hay obligaciones contraídas con empresas fuertes de sus países; Airbus o Volkswagen y Renault como botón de muestra. El temor a sanciones estadounidenses habilitará la posibilidad de realizar transacciones en otra divisa que no sea el dólar ¿lo habrá calculado Trump?

Con su actitud irresponsable Trump da alas a los ultraconservadores en el gobierno de Irán, quienes a buen recaudo exigirán reactivar el programa nuclear con redoblada fuerza y ello justificará a ojos de la Casa Real saudí, hoy liderada por un ambicioso príncipe heredero, solicitar los avales internacionales para también armarse nuclearmente. Emiratos Árabes Unidos no querrá ser menos. Así, podría desencadenarse un enfrentamiento real, no ya en el plano diplomático discursivo, entre Estados Unidos e Irán. Sin duda, ello obligaría a Rusia y a Israel, potencia nuclear no declarada, a intervenir. En suma, Trump abre una caja de Pandora pero no avisa, ni siquiera por twitter, cómo piensa regresar los demonios a ella.