La disputa por los derechos de James Bond

Las empresas Fox, Sony y Warner Bros. compiten por la distribución de las películas del agente 007

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09 de julio de 2015 a las 05:00

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James Bond vuelve a la gran pantalla en noviembre con Spectre, donde Daniel Craig volverá a estar en el servicio secreto de Su Majestad. Si la película sigue la senda de las tres últimas entregas de James Bond -Skyfall, Quantum of Solace y Casino Royale, que generaron más de 2.000 millones de dólares en las taquillas de todo el mundo- Spectre será un gran éxito.

Además será la última película del acuerdo entre Sony, Metro-Goldwyn-Mayer y EON Productions, las empresas que controlan los derechos de la franquicia James Bond. En Hollywood no cesan los rumores sobre la posibilidad de que MGM y EON se lleven la saga a otro estudio.

El posible final del contrato de distribución de James Bond llega en un momento difícil para Sony Pictures. Desde el ciberataque que sufrió el año pasado, ha reestructurado su división cinematográfica y ha nombrado presidente a Tom Rothman. "Vamos a competir por los derechos pero, siendo honestos, no somos los únicos en el negocio", señaló.

Sony Pictures tenía una participación en el capital del 50% en Casino Royale y Quantum of Solace, pero la participación en Skyfall y Spectre se redujo al 20% más las comisiones de distribución, cuando llegó a un acuerdo de dos películas con MGM en 2011, según una persona conocedora del mismo.

Hay dos candidatos potenciales para disputarse a James Bond: el estudio 21st Century Fox tiene un fuerte vínculo con MGM, ya que ha sido su socio distribuidor durante más de una década. Es probable que haya una dura competencia con Warner Brothers, que ha distribuido películas de MGM como la trilogía de El Hobbit. Hay lazos estrechos entre Warner Bros y MGM: Kevin Tsujihara, el presidente de Warner Bros, es íntimo amigo de Gary Barber, su homólogo en MGM.

Cualquier acuerdo de distribución sobre las películas de James Bond dependerá de la decisión sobre el destino de MGM.

El estudio salió de la quiebra a finales de 2010 tras una deuda de 4.000 millones de dólares, que fue el resultado de la compra apalancada de 5.000 millones del estudio a manos de un consorcio de inversores, liderado por Sony, del que formaban parte TPG y Providence Equity Partners.

Su principal accionista, Anchorage Capital, empezó a comprar deuda de MGM en 2010 y posee alrededor de un 30% del estudio. La empresa se planteó una oferta pública de valores cuando salió de la quiebra, pero la ha descartado ya que prefiere aumentar su producción audiovisual y cinematográfica. Maglan Capital, que posee un 1% del estudio, ha obtenido una rentabilidad de cuatro veces su inversión original y Steven Azarbad, director de Inversiones de la empresa, afirma que está buscando "un medio para que podamos monetizar la inversión". El estudio podría valer más si el comprador supiera que el acuerdo de distribución de las películas de James Bond aún no se ha cerrado.


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