La particular visión fotográfica de Patti Smith

La artista exhibió una colección de imágenes tomadas a lo largo de su vida. Ahora son recogidas en el libro "Camera Solo"

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20 de enero de 2012 a las 20:36

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Patti Smith no es ajena a la muerte. Su vida y su trabajo se tiñeron tempranamente de este tipo de golpes.

La muerte de sus ídolos musicales: John Coltrane, Janis Joplin, Jimmy Hendrix, Jim Morrison, y muy posteriormente, Kurt Cobain y Amy Winehouse. Todos tienen un lugar en la poesía o en la música de Smith.

Su libro recientemente editado Éramos unos niños cuenta su vida junto a su íntimo amigo y compañero, el fotógrafo Robert Mapplethorpe, comenzando desde su muerte en 1989. Cinco años después falleció su esposo, Fred Smith, guitarrista de la banda MC5, y semanas después, también lo hizo su hermano Todd.

A pesar de que su carrera musical sea lo más fácilmente reconocible de Smith, sus inicios en el arte fueron junto a Mapplethorpe. Sin embargo, su trabajo con la fotografía comenzó tiempo después.

“Empecé a sacar un montón de fotografías luego de que mi esposo falleció”, contó Smith a New York Times. “Simplemente no podía trabajar. No podía escribir. Estaba muy cansada. Pero un día tomé una vieja cámara Polaroid y saqué una fotografía de unas zapatillas Nureyev’s que tenía. La vi y era buena. Me me hizo sentir como que había logrado algo ese día”. A partir de allí comenzó a llevar la cámara con ella a todos lados.

El resultado de años de fotografías fueron reunidos el pasado octubre en la muestra Camera Solo realizada en Wadsworth Atheneum de Connecticut, Estados Unidos. Ahora, 70 de esas imágenes fueron elegidas para formar parte de un libro que lleva igual nombre y que será editado a fines de enero.

La clave de su fotografía es el recuerdo: la colección se trata de imágenes de objetos significativos para la artista. Desde las tumbas de Susan Sontag, William Blake y Walt Whitman a pertenencias casi tan íntimas como zapatillas de Mapplethorpe, las camas de Victor Hugo y Virginia Woolf, los cubiertos de Arthur Rimbaud. Incluso, casi premonitoriamente, aparece una foto fantasmal del crucero Costa Concordia, encallado hace una semana.

Sacadas con sus cámaras Polaroid vintage, cada fotografía en blanco y negro, algunas borrosas y fuera de foco, otras en fuertes contrastes, parecen venir de lo más profundo, donde la memoria se llena de sentimiento. Con esta muestra y libro, Smith interpreta en forma de elegía estos particulares retratos de su vida.

“La pena se torna indulgente, no sirve a nadie y es dolorosa. Pero si se transforma en remembranza, entonces se está magnificando a la persona perdida. De esta forma se ofrece algo de él a otros, para que estos puedan experimentar algo de él”, explicó.

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