Las artes marciales a las tablas

Ahora, a unas ocho décadas de su gestación, la disciplina adquiere una nueva cara de la mano de la coreógrafa Andrea Arobba. Adoptando los movimientos y herramientas expresivas que aporta el aikido, la directora de la obra generó Epifanía, un espectáculo que también conjuga consignas de la danza para realizar una suerte de investigación de nuevos territorios. A realizarse hoy y mañana en la sala Zavala Muñiz del Teatro Solís, a las 20:30 horas, la obra se presenta no sólo como un baile, sino como una exploración del espacio y del movimiento, dándole una utilidad artística al centro de gravedad móvil del aikido, o a su torsión de las articulaciones.

Para lograr esta premisa, Arobba se subirá al escenario junto a 11 bailarines y practicantes de aikido. "Las personas tienen que encontrar una armonía de energías. Cuando eso se logra y empieza a fluir, se genera una danza", explicó la coreógrafa en El Observador TV.

"Le puse Epifanía porque en esta investigación todo el tiempo hay revelaciones. El espectáculo tiene una estructura que sabemos por dónde entramos y salimos, pero cada encuentro es único", comentó, al tiempo que preconizó la esencia del presente. "Trabajamos que la mente no esté adelantada al cuerpo, no tomar la decisión antes. Hacer acción-acción, no acción-reacción"