Los compañeros no quieren marcar a Pacheco

El capitán regresó de la lesión y en los entrenamientos temen pegarle en la pierna operada

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21 de enero de 2013 a las 20:59

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Pocas cosas movieron el sentimiento de Peñarol como el regreso de Pacheco. Es que la forma en que lo sacaron provocó un grado de indignación pocas veces visto. Las pruebas de amor quedaron evidenciadas en cada instante de la vida de Pacheco. Cuando salió al supermercado, cuando paró el auto en un semáforo, cuando volvió al Centenario para enfrentar a su Peñarol.

Por eso no llamó la atención la angustia generada en la primera fecha del Apertura cuando se fracturó y debió ser intervenido quirúrgicamente. Fue un golpe al alma de Peñarol.

Cada paso de su recuperación fue seguido con atención. Hasta que volvió un día. El alta médica y a la cancha, como todos, como uno más.

Pero no fue igual... Se sumó un elemento hasta lógico: el temor de sus compañeros a tocar al ídolo en la pierna operada.

“Tony va bien, cumpliendo todos los pasos para su regreso. Lo vi bien, el tema es que sus compañeros no lo marcan porque no lo quieren tocar, tienen temor de golpearlo en la zona de la lesión”, reveló el técnico Jorge Da Silva después que Pacheco se largó a la cancha.

¿Es normal que ocurra?

Es humano. Y el inconsciente humano actúa de diferencias formas. El tema es que, es tal la magnitud de Pacheco en el club, que nadie quiere cargar una mochila si mañana pasa algo.

Evidentemente con el paso del tiempo todo volverá a los carriles normales. Pero hoy lo cuidan como un cristal.

Otro ídolo grande de la historia de Peñarol padeció la misma lesión: Fernando Morena.

El goleador reveló a El Observador que: “Yo nunca noté que los compañeros cambiaran de actitud. Lo que pasa es que se hacía fútbol de entre casa. Entonces no había mayor agresividad más allá de que también puede pasar sin querer. Pero uno tiene que jugar liberado, para liberarse uno mismo. A mí no me molesto jamás el clavo que tengo”.

Y acá hay otro punto. Pacheco recién comenzó a convivir con un cuerpo extraño dentro de su cuerpo: el clavo. Está claro que, al margen del tiempo sin fútbol, necesita tomar contacto con otra realidad. Correr, moverse, pegarle a la pelota, sacarse un hombre de arriba, recibir una patada, porque no, para saber como se siente.

Morena aportó su visión de la experiencia que le tocó vivir después de que, en un partido con Venezuela, el zaguero René Torres lo fracturó en el Centenario.

“En lo personal no tuve mayores problemas para volver a jugar.Hice fútbol a los cuatro meses y a los tres días me citaron para jugar la Liguilla, volví en un partido con Danubio un día de mucha lluvía”, dice Morena apelando a su prodigiosa memoria.

Y agregó: “El único cambio después de la operación fue pasar a ponerme canilleras que yo no usaba, más que eso nada”.

Pacheco salió a la cancha de Los Aromos con una protección en su pierna operada (ver foto).

Se nota que está tomando contacto con una realidad distinta a la que vivía antes de la lesión. Y va camino a volver. Por lo pronto ya recibió el alta médica. Ahora resta la futbolística. Mientras tanto, sus compañeros lo miran con admiración y evitan chocar o marcarlo fuerte para no tocarle la pierna. Es humano.

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