Los Estadios sedes del Mundial Brasil 2014

No exentos de polémica en medio de un país con grandes contrastes y carencias sociales y económicas, hay mucha efervescencia en la interna de las ciudades, cuyo desafío aún mayor es capitalizar lo mejor que dejan estos eventos en cuanto a ingresos de divisas, y organizar una logística que haga que todo funcione en sus órbitas correspondientes sin interferencias que causen perjuicios a nadie.

Todo un desafío y prueba considerando que en breve también alojarán los juegos olímpicos.

Es llamativo también el hecho de que muy pocos estadios de esos 12 son de propiedad privada, lo cual hace más seguro que luego del mega evento no queden vacíos o subgestionados como ha sucedido con otros, al tiempo que deja en evidencia las diferencias de inversión: cuando son públicos rondan los 300 millones de reales (unos 120 millones de dólares), mientras que los gestionados por el Estado cuestan unos 600 millones de reales (260 millones de dólares).

El presupuesto presentado a la FIFA en 2010 de inversión ha sido triplicado, lo cual también ha desatado protestas y denuncias de corrupción.

Otro dato relevante a los efectos de la difusión masiva es que sólo la mitad de los estadios tienen wifi, con lo que a los asistentes puede hacérsele difícil el levantar imágenes o compartir noticias en la web. Ni San Pablo en la inauguración ni Maracaná para el cierre figuran en los privilegiados con esa instalación, increíblemente.

El desafío, como en todo este tipo de desarrollos es que la inversión sea amortizada con una gestión y ocupación de actividades y eventos posterior que justifiquen más allá del mega evento la construcción de estas megaestructuras.