Sobre el techo del Club de Bochas Los 33, en Malvín Norte, unas telas blancas cruzaban de un lado al otro del salón y, en el centro, colgaban varias bolas de disco. Decenas de frenteamplistas esperaban ver por primera vez a la fórmula presidencial de su partido. "Ya llegó la quinceañera y el quinceañero", bromeó un militante desde dentro del local cuando empezó a escuchar ruidos que venían de afuera. Habían pasado diez minutos de las 19 horas cuando Daniel Martínez entró bajo los aplausos de todos y al grito de "vamo' arriba, vamo' arriba".
Junto a él, la candidata oficialista a la vicepresidencia, Graciela Villar, que, luego de muchos abrazos con militantes, subió al estrado y comenzó su discurso. Si bien semanas atrás había hablado de "oligarquía o pueblo" en el Plenario del Frente Amplio ahora prefirió una dicotomía más moderada para distanciarse de la oposición: "progresistas y conservadores".
Villar recordó los logros obtenidos por los 15 años de mandato frenteamplista, reconoció que aún quedan cosas por hacer y, aunque dijo que hay que ser "duros" a la hora de hacer autocrítica, le pidió a sus votantes que "guarden el enojo" en busca de un cuarto de gobierno.
"Claramente tenemos dos proyectos de país, que van a ser puestos a consideración de la ciudadanía. El nuestro, ese proyecto progresista que tiene una plataforma desde donde pararse, que es lo que hemos hecho por nuestro país en estos quince años. Sabemos que no alcanza. Pero no podemos mirar el medio vaso vacío. Nuestra economía ha crecido y hemos ido con crecimiento e inclusión", dijo la exedila en sus primeros minutos de discurso para luego hablar de la oposición que, según sostuvo, "pone en cuestión" y "en peligro" los logros obtenidos.
En ese sentido, al pasar, comparó el "mantenimiento y crecimiento de los salarios" que hubo en Uruguay con la situación que vive Argentina, donde "hoy se debaten con el tema de la inflación".
Martínez fue un paso más y apeló al recuerdo de la crisis del 2002, ocurrida en el último gobierno colorado previo al ascenso al poder del Frente Amplio. "Hay un proyecto conservador que pasó por crisis muy grandes. En 2002 les decíamos le están errando. Depender de las inversiones, de los capitales argentinos, es suicida. Y con soberbia nos decían que 'hay reservas', 'no se preocupen', 'está todo bárbaro'. Y la crisis del 2002 parió casi a la mitad de los uruguayos bajo el límite de pobreza. Situaciones que nos indignan porque no podemos permitirnos volver a sufrir lo que sufrió el pueblo uruguayo", sostuvo.
El exintendente de Montevideo remarcó que lo que promueven los candidatos opositores son "recetas que fracasaron en el pasado" y recordó algunas cifras que dejó el último gobierno colorado. "Dejaron un país que tenía casi 50% de pobreza, 19% de desocupación, un salario real que hoy prácticamente lo hemos superado en un 40% - 50%", dijo el candidato.
El momento donde la gente más demostró su apoyo en el acto fue cuando Martínez, al referirse a los operativos que el Ministerio del Interior desarrolló para desarticular grupos criminales, resaltó la figura del director de Convivencia y Seguridad Ciudadana de esa cartera, Gustavo Leal y lo señaló porque se encontraba en la sala. Los militantes y las cámaras se dieron vuelta para apuntar sus aplausos y flashes para quien ahora es vocero en el área de seguridad de la fórmula oficialista.
A sala llena y bajo la arenga de la militancia, Martínez cerró su discurso motivando a trabajar de cara octubre para "seguir construyendo futuro".
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