Más protagonistas por su conducta que por sus goles

Carlos Núñez y Santiago García: los goleadores que cambiaron su arte

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21 de enero de 2014 a las 16:02

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Van dos minutos de juego por el clásico de la Copa Bandes y un centro al área de Peñarol termina con Santiago García, Damián Macaluso y Gonzalo Viera a los manotazos. El “Morro” ya había comenzado su partido; el de la actitud, los choques, las caras de malo y las amenazas. De goles ni hablar. El delantero salió a jugar el primer clásico del año sabiendo que era su última chance, en la consideración del entrenador Gerardo Pelusso.

Dos empujones y un par de gestos ampulosos le bastaron para meterse a la hinchada en el bolsillo. Los mismos hinchas que exigieron su salida luego de que un control de alcoholemia le diera positivo en la vía pública, ahora lo elevaban al pedestal de los héroes. De goles seguimos sin decir nada.

“No puede estar tres años prácticamente sin jugar y un campeonato sin hacer un gol. Si es así, se va a tener que dedicar a otra cosa, es clarito” Gerardo Pelusso a El Observador 27/12/2013.

Gerardo Pelusso lo sustituyó al cabo de los primeros 45 minutos. El descalabro en la defensa de Peñarol y dejar al rival con un jugador menos fueron su principal aporte. El entrenador floridense dijo luego del clásico: “El Morro fue un hombrecito desde que debutó con 17 años”. Todo dicho. De goles, nada.

Del otro lado Carlos Núñez, el pibe del millón de dólares, atraviesa una situación similar. El delantero surgido en Liverpool agotó, con una velocidad asombrosa, la paciencia de los hinchas. Sin mencionar sus salidas nocturnas y sus incontables lesiones, el carácter rebelde, la indisciplina y sobre todo, la falta de goles, hicieron que los hinchas de Peñarol tacharan su nombre y le exigieran rendimiento.

El encontronazo con el gerente deportivo Carlos Sánchez por faltar al psicólogo y no entrenar con la ropa oficial del club fueron las gotas que derramaron el vaso, y que llevaron a que le retuvieran por medio día su salario de diciembre.

Tanto García como Núñez son jugadores con muchas cualidades técnicas. Lo mostrado por García en su primer pasaje, con varios goles clásicos, le valió la transferencia al exterior y ser considerado para los Juegos Olímpicos de Londres en 2012. Un control de doping dio positivo de Cocaína y quedó fuera de la selección. “No soy de estar envolvido (sic) en cosas de esas, y menos sabiendo que estaba a tres meses de que me saliera un pase al exterior” dijo cuando conoció la sanción, al programa Último al Arco de Sport 890. Luego pasó a Turquía, donde tampoco tuvo continuidad y su carrera se vino abajo. Volvió a Nacional entrando en kilos y con la pólvora mojada.

Núñez fue una venta récord entre clubes uruguayos. Liverpool vendió el 25% de su ficha a Peñarol en un millón de dólares y fue considerado el gran pase de la temporada. El delantero de Liverpool llegaba con cinco goles en seis partidos por la Copa Sudamericana 2012-2013 y diez goles más por la competencia local. Sus números ilusionaron a todos.

“Yo les dije a los dirigentes que me arreglen las piernas que la cabeza la tengo fenómeno. Si me mando alguna cagada, soy el primer autocrítico que hay. Sé que he cometido errores. Tengo los huevos bien puestos” Carlos Núñez a Sport 890 29/12/2013

En Peñarol convivió las lesiones producto de tener los isquiotibiales cortos y solo jugó 20 partidos desde su llegada convirtiendo tres goles: ante Liverpool cuando Peñarol ya era campeón anticipado del Apertura, frente a Miramar Misiones en el 5-0 y contra Fénix, el único gol relevante, en la victoria 2-1 en la antesala del clásico.

El último clásico de verano fue un bochorno de enormes proporciones. Carlos Núñez ingresó a los 75` y cuatro minutos más tarde dejó su plancha grabada en el entrepierna de Guillermo De Los Santos. Ahí comenzó el circo romano. Algunos despejando y otros con ganas de ganarse los aplausos más fáciles de conseguir. Scotti se enloqueció y fue a buscarlo, Estoyanoff salió al cruce y en segundos Macaluso, Píriz, Lima, Bizera y Hurtado se sumaron al baile. De Los Santos, recuperado de la dura entrada, González y Álvarez sumaron camisetas blancas a la trifulca. Arismendi cae al piso y Sandoval vuela para impactar contra García. El Morro estaba en su salsa. Con ocho minutos en cancha no había tenido ni una sola chance de gol, pero se metió en el medio para dar y recibir golpes en una danza infernal. Luego de la agresión de Estoyanoff a Álvarez se desató un escándalo que regaló escenas dantescas.

Por un lado, Aguerre, Castillo y Leyes se llevaban a un Núñez desencajado luego de intercambiar varios golpes con Ignacio González. Por el otro, Santiago García recibía la tarjeta roja y se dirigía al tunel vociferando mientras hacía gestos con las manos prometiendo venganza.

Estos dos varones tienen algo en común. Siempre están bajo los flashes, pero ahora sin hacerle un gol a nadie.

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