Mientras todos quieren ver a Chávez llegan los ajustes fiscales

La reserva se mantiene en torno a la salud del mandatario venezolano, pero el Ejecutivo actúa

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20 de febrero de 2013 a las 07:56

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Nadie sabe nada. Los periodistas locales, y algunos pertenecientes a medios internacionales, apostados en Caracas, hacen guardia en el Hospital Militar Carlos Arveledo, donde está internado desde el lunes el presidente venezolano, Hugo Chávez, siendo tratado como “un paciente más”, según informó el vicepresidente Nicolás Maduro.

Pero mientras muchos buscan la forma de tener algún registro que documente la presencia del mandatario en el centro asistencial y, más aun, en Venezuela, el debate político pasa por si ya es hora de que juramente y tome posesión del nuevo mandato o no. Simultáneamente el gobierno anunció la aplicación de medidas económicas.

Acerca de la asunción, la oposición teme que se haga un acto privado y el gobierno siga sin dar pruebas contundentes de la presencia y del estado de salud del mandatario. Mientras, el oficialismo renueva la idea de que jurará cuando esté “bueno y sano” y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dice que lo hará cuando ya no exista el motivo sobrevenido que le permitió al máximo órgano judicial a posponer el acto que estaba previsto para el 10 de enero. A su vez, en las calles, los fanáticos ni se cuestionan los asuntos formales y aseguran que no necesitan ver al comandante para saber que está en Venezuela, ya que lo sienten en el corazón, como han declarado.

Reforma fiscal

Lejos del bullicio de las calles y en el silencio de los escritorios, el gobierno venezolano realizará una reforma fiscal para mejorar la ejecución del presupuesto y la recaudación de los tributos, según lo anunció ayer el presidente de la Comisión de Finanzas del Congreso.

El Ejecutivo impulsará, con el apoyo de la Asamblea Nacional, una “reforma fiscal” como parte de un conjunto de nuevas medidas que se enmarcan en una “nueva etapa” del gobierno del presidente Hugo Chávez, indicó el diputado oficialista Ricardo Sanguino, presidente de la Comisión de Finanzas.

Sanguino dijo a la televisora privada Venevisión que por solicitud del ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, el Congreso está adelantando el proceso de evaluación para ir a una “reforma fiscal” que permitirá lograr “una mayor eficiencia en la ejecución del gasto público, (y) una mayor eficiencia en la política de obtención del tributo”.

El congresista señaló que en la Asamblea Nacional se está trabajando con un equipo para presentar posibles “iniciativas de carácter legislativo” para concretar la reforma fiscal, pero no aportó detalles.

La aplicación de las medidas económicas fue una acción que adelantó el vicepresidente Maduro y anoche se esperaba la discusión al respecto en el seno del Poder Ejecutivo.

El gobierno puso en vigencia el 13 de febrero una devaluación de la moneda que llevó el tipo de cambio de 4,30 bolívares por dólar a 6,30 bolívares por dólar, pero las autoridades negaron que el ajuste cambiario respondiera a razones fiscales.

Sin embargo, los analistas coincidieron en que la administración de Chávez –que sigue sin ser visto, pero señalado como responsable de las decisiones gubernamentales por parte de sus laderos– llevó adelante la devaluación para tratar de reducir en parte el déficit fiscal.

El nuevo ajuste del tipo de cambio, que es el quinto que realiza en gobierno en una década, se espera que tenga un fuerte impacto sobre los precios que han sufrido una intensa aceleración en los últimos dos meses y llevaron la inflación anualizada a 22% en enero. Venezuela tiene desde hace siete años una de las mayores tasas de inflación de la región a pesar de tener control de precios y de cambio desde 2003.

Apoyado en los altos precios del petróleo la administración de Chávez ha impulsado en los últimos años un importante crecimiento del gasto público, que se ha utilizado para elevar la nómina estatal, que ya alcanza a 2.680.668 personas, y financiar numerosos programas sociales para los sectores más necesitados del país, que conforman la principal base del electorado del gobierno.

Durante el año pasado el gasto público sufrió un incremento de más de 20% que coincidió con la millonaria campaña electoral que desplegó el oficialismo para los comicios del 7 de octubre en los que Chávez logró la reelección para un tercer período de seis años.

Como consecuencia de una dispendiosa política fiscal el déficit saltó al cierre de 2012 a cerca de 15% del Producto Interno Bruto, según estimaciones de las bancas de inversión.

La Asamblea Nacional aprobó a finales del año pasado un presupuesto fiscal para 2013 de 396.406 millones de bolívares (unos US$ 62.921 millones) que superó en 33% el que se autorizó en 2012.

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