Nutrigenética, una herramienta eficaz que determina cuál es nuestra dieta perfecta

Luciana Lasus explica cuáles son los beneficios de esta ciencia que permite entender cómo inciden nuestros genes en nuestro metabolismo

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15 de julio de 2018 a las 05:00

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"Si mis padres tienen sobrepeso, yo voy a tener sobrepeso". Bajo esta frase se oculta la noción de que los genes determinan el cuerpo. Pero existe una ciencia que se encarga de estudiar de qué manera los genes de una persona pueden influir en su metabolismo, su dieta y el desarrollo de distintas enfermedades. De acceder a la información, las personas podrían dominar el destino de sus predisposiciones genéticas para lograr la mejor versión de si mismos.

En diálogo con El Observador, Luciana Lasus, licenciada en Nutrición con estudios realizados en torno a la nutrigenética, explicó de que se trata esta ciencia, qué tipo de información brinda y cómo puede esa información beneficiar a las personas.

¿Qué peso tiene la genética en una persona?
La genética en el área de la nutrición y del peso tiene una incidencia del 20% sobre el cuerpo, pero el 80% depende de lo que uno puede hacer conociendo la información de su genética. Y esa información se puede obtener a través de la nutrigenética.

¿Qué es la nutrigenética?
Es la ciencia que, a partir del conocimiento del genoma humano, define la relación que existe entre la dieta y la respuesta determinada y predispuesta genéticamente frente a esa dieta. Es decir, permite entender cómo inciden nuestros genes en las distintas formas en las cuales después se expresan las características que, por ejemplo, están vinculadas a la nutrición, al peso, al metabolismo y al control de apetito. Abarca esas áreas, identifica determinados genes que se vinculan con ellas y conociéndolos, ayuda a establecer cuál sería la mejor forma de obtener la mejor versión de cada persona.

¿Qué tipo de estudio se realiza?
Se puede hacer de distintas formas. Actualmente lo más utilizado en el mundo es obtener una muestra de saliva con un hisopo, para luego mandarla a un banco de genes. Una vez enviada la muestra, se analizan los genes que están vinculados al rubro solicitado. Es decir, si la información que se quiere obtener de una persona es para un tema de peso, se analizan determinados genes que estadísticamente están asociados a ese tipo de información. En función de cómo se expresen esos genes, se sabrá qué tipo de dieta se deberá seguir, qué tipo de proteína o de grasa es la mejor para esa persona, cómo es su metabolismo y demás.

¿Qué otra información se puede obtener con ese estudio?
Podemos saber cómo es la respuesta metabólica a la dieta, qué predisposición hay al control del apetito, cuál es la respuesta a la reducción de grasas saturadas, cuál es la predisposición a recuperar el peso perdido (llamado efecto rebote), qué vitaminas o minerales habría que suplementar para optimizar el rendimiento, cuál es el tipo de ejercicio adecuado a la genética y metabolismo. Incluso se pueden obtener datos de cómo es la predisposición ósea, endocrina y de la piel, y las posibilidades de desarrollar diabetes, hipertiroidismo e hipotiroidismo.
Una vez que se tiene esa información, ¿cómo puede uno desafiar el rumbo de sus predisposiciones genéticas?
Los resultados que arroja la nutrigenética le dan a la persona una especie de mapa personal para que, conociendo esas características–que son únicas, individuales y para toda la vida–, pueda organizar u orientar sus hábitos, su ingesta de alimentos, el tipo de dieta y el tipo de alimentos a consumir. Y esto sirve, por ejemplo, para alguien que tiene predisposición genética a tener poco control del apetito o alguien con tendencia al efecto rebote. Entonces, al saber qué tipo de alimentos son mejores para atajar estos problemas, esta persona puede desarrollar mejores hábitos y aprender a comer.

¿Cómo procede con el paciente una vez que obtiene los datos desde el laboratorio?
Primero lo conozco en una primer consulta y tenemos una charla que recorre temas médicos, clínicos, de sueño, alimentación, bebidas y horarios. El punto de partida que utilizo es preguntarles cómo se relacionan con la comida, porque en lo emocional se encuentra una pata fundamental de todo este proceso. En base a los objetivos, la vida de la persona, sus horarios, y su edad, se toman los datos arrojados de la muestra nutrigenética y se hace una devolución cualitativa sobre los puntos alimentarios que hay que trabajar.

¿Para quién es recomendable este estudio?
¡Para todos! Cuanto antes conozcas estos datos, menos probabilidades vas a tener de probar y errar. Siempre con la cabeza de aprender a comer y hacer tu última dieta.

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