Ogan llamó a votar por Erdogan y complica las chances opositoras en el balotaje turco

Erdogan, del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), un espacio que progresivamente viró a un islamismo de carácter conservador, obtuvo en la primera vuelta el 49,5% de los votos, seguido por el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, al frente de una coalición de seis partidos, con 44,9% de los votos.

Erdogan, de 69 años, no obstante estar acusado de autoritarismo y salpicado por casos de corrupción, salió mucho mejor parado en la primera vuelta electoral de lo que predecían los sondeos y está decidido a permanecer cinco años más al frente de un país de 85 millones de habitantes que se transformó profundamente durante sus dos décadas en el poder y que ahora sufre una grave crisis económica.

Ante los medios, Ogan fue sumamente escueto y no brindó mayores explicaciones sobre las razones que lo llevaron a brindar su apoyo a Erdogan. “Tuvimos todo tipo de consultas antes de tomar la última decisión. Creemos que es la correcta para el país y la nación”, declaró el líder ultranacionalista, quien se especula que podría integrarse al gobierno, o bien ocupar algún cargo directivo en el Partido de Acción Nacionalista, espacio tradicionalmente aliado del AKP y del que fue expulsado en 2015.

Algunos analistas, sin embargo, cuestionan el peso que tendrá el llamado de Ogan entre los votantes de su partido, que sólo existe desde hace unos meses y en un contexto en el que la mayor parte de sus seguidores se manifiesta descontento tanto con Erdogan como con Kiliçdaroglu.

Los analistas estiman que una parte de los votantes de Ogan podrían elegir a Kiliçdaroglu en la segunda vuelta. Ogan encabezó una alianza de cinco partidos ultranacionalistas, y uno de sus ahora ex socios ya anunció que apoyara al candidato opositor en la recta final de una elección clave para el futuro del país y en la que la agenda estuvo caracterizada también por la inmigración, sobre todo de los sirios refugiados y desplazados, y la posición de Ankara con relación al separatismo kurdo.

Uno de los ejes discursivos de Erdogan pasa por acusar a Kiliçdaroglu de haber pactado con el pro-kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP). Aunque el HDP es un movimiento pacífico, los medios a favor de Erdogan afirman que es lo mismo que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una organización designada como terrorista por Ankara, los Estados Unidos y sus socios de la OTAN, y que combatió contra Turquía durante décadas.

Los kurdos constituyen una quinta parte de los 85 millones de habitantes. Fueron perseguidos en la Turquía post-otomana de Mustafa Kemal Ataturk. Luego, la república los privó de sus derechos a la cultura y la lengua. Tras llegar al poder, Erdogan se hizo popular entre la minoría al buscar un acuerdo para poner fin a la sangrienta lucha de los kurdos por su autonomía.

Pero el fracaso de las conversaciones en 2015 llevó a la reanudación del conflicto armado entre el Estado y el PKK. En ese contexto, el HDP pagó un alto precio por el repunte de la confrontación. Selahattin Demirtas, su principal líder, está encarcelado desde 2016 por "propaganda terrorista", y el partido está amenazado de cierre. Tras largas negociaciones, el HDP pidió a finales de abril el voto para Kiliçdaroglu.

(Con información de agencias)