Pena arrocera: se frena la expansión y bajan los márgenes

Mientras en el norte las lluvias fueron más generosas, en el este hay algunas represas que no completaron su volumen, es el caso de India Muerta y Corrales, que están en el 65% de su capacidad.

Por otro lado, la suba de costos lleva a que se elijan zonas de alto potencial. Eso es consecuencia de un problema económico frecuente en el sector: la baja del dólar sube los costos, que llegan a US$ 2.150 por hectárea. El aumento en 12 meses del precio de fertilizantes, combustibles y salarios en dólares, lleva a una inflación en la moneda estadounidense de 17% respecto a la zafra pasada. En otras palabras, sembrar una hectárea de arroz cuesta US$ 300 más que el año pasado. El año pasado sembrar una hectárea de arroz costaba US$ 1.850.

Ese aumento de costos pone la vara muy alta en los rendimientos, se necesitan 9.100 kilos/ha para empatar. El cultivo viene de dos zafras consecutivas de muy alto rendimiento, tras un récord de 9.400 kilos en 2021, se levantaron 9.318 kilos en este otoño.

La Niña se lleva bien con el arroz, pero eso no excluye a una actitud cautelosa a la hora de plantar.

Consultado Daniel Gonnet –el gerente agronómico de Casarone– sobre la irrupción de soja en el este, consideró que la oleaginosa “más que competir es una necesidad de complementariedad, es una aliada del cultivo, puede que algún productor elija arrendar para hacer soja, pero eso promueve que el mismo productor haga los dos cultivos y así baje costos y para el ganadero vemos que puede aprovechar los dos cultivos, porque capitaliza ventajas, por ejemplo implantando pasturas atrás de la soja”.

Los mercados, otro factor de incertidumbre

Gonnet considera que para el grano “el potencial de suba es limitado, porque es un alimento muy básico”. Pero también se evalúa que hay factores alcistas, algunos de ellos estructurales. Hay problemas asociados al agua en Estados Unidos, China e India (que impuso restricciones a la exportación), inciden las inundaciones en Pakistán, e incluso en la región hay problemas en Paraguay y en Brasil, en ese caso también con la disponibilidad de agua.

Paraguay tiene problemas de caudal de ríos. Todo dificulta sostener la producción, hay problemas de disponibilidad y en eso Uruguay tiene ventajas, explica Gonnet, por una mayor seguridad estructural en el suministro de agua de la Laguna Merín y diversos ríos.

Pero en los mercados el panorama no está fácil. Las restricciones que ha impuesto India hasta ahora no han tenido un efecto porque está muy regionalizado el comercio arrocero. Va a tener repercusión en África, porque son arroces de baja calidad.

Un cambio adverso de este año para Uruguay es que no ha logrado colocar producción en Iraq, habitualmente un mercado importante.

De modo que las exportaciones han quedado limitadas a la región y a la Unión Europea. Perú también es un mercado que se ha complicado. Hasta ahora es el séptimo destino con el 6% de las exportaciones en dólares y el año pasado a esta altura era el segundo, detrás de Iraq.

En esta última cosecha Uruguay tiene 75% de sus colocaciones en Venezuela, México Perú, Brasil, la Unión Europea y Gran Bretaña.

El cultivo viene de un precio que llegó a US$ 11,20 por bolsa de 50 kilos con un préstamo de la industria. El precio había llegado a US$ 10,20. Con ese precio y rendimiento récord se empata. Y por ahora es muy difícil prever cual puede ser el precio de la próxima cosecha.

Además, por ahora el precio de exportación 2022 es menor a 2021. “A igualdad de producto es 17% menos de precio en arroz elaborado, de US$ 606 a US$ 503 el arroz elaborado”, comentó.

“Otro problema derivado del aumento de costos internos es que estamos desagregando valor y vendiendo cada vez más arroz cáscara, 34% del total en lo que va de este año, cuando hace cinco años era el 3% (en 2017/18)”, indicó.

El dólar perdió el 9% respecto a 12 meses atrás, hay una suba de costos –IPC en dólares– de 17%, el gasoil en dólares subió 42%, el kilowatt 13% y los salarios 16%.

“Las variables de mercado, como las decisiones de India, la sequía en China y en Europa, la disminución de producción en Estados Unidos y Centroamérica, son indicadores positivos que el productor los escucha, pero no ha habido una mejora del ingreso aquí”, dijo el presidente de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA), Alfredo Lago.

En el mismo sentido, la gerenta de ACA, María Eugenia Bica, expresó: “Puede llegar a haber una demanda por India, pero vamos a tener el arroz prácticamente colocado; lo que puede pasar es que nos hayamos perdido algún negocio bueno por haber vendido bastante rápido en los primeros meses del año”.

Los costos productivos de la zafra 2022/23 se acercarían al registro más alto de la historia, de US$ 2.172 por hectárea, registrado en la zafra 2014/2015, en la cual el resultado económico fue negativo.

El sector tiene la expectativa a corto plazo de concretar negocios de mejor valor, pero mientras avanza una siembra que se realiza en fecha, pero con perspectivas más cautelosas que en los dos años anteriores. Comparativamente la estabilidad del área de Uruguay es interesante. En Río Grande del Sur la superficie será mucho mayor.