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Productor multiplicó por ocho su majada gracias al Centro Tecnológico Ovino

Lo qué hay detrás del Centro Tecnológico Ovino y qué resultados se han obtenido desde su implementación hace cinco años

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18 de noviembre de 2021 a las 20:16

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“Con ayuda del Centro Tecnológico Ovino (CTO) pude multiplicar por ocho la cantidad de lanares en mi predio”, contó a Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) Giovanni Fernandes, productor ovino del departamento de Treinta y Tres.

  • ¿Qué hay detrás de este centro con sello cooperativo que acerca tecnología a los productores uruguayos?
  • ¿Qué resultados se han obtenido con su implementación?

En un informe remitido a El Observador y publicado en su sitio en Internet, CAF expuso un trabajo con base en conceptos del ingeniero agrónomo Martín Riso, Jefe de Promoción de Central Lanera Uruguaya (CLU), dueña del CTO.

El antecedente del CTO es un programa de CLU llamado Gane más con sus ovinos, que apuntaba a apoyar a los productores socios para que incorporaran innovaciones tecnológicas en sus predios. Con el mismo objetivo, en 2016 accedimos a un apoyo económico de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) para desarrollar nuestro CTO”, dijo Riso.

La primera etapa del proyecto duró tres años y permitió crear protocolos de producción para mejorar la calidad de la lana remitente, aumentar el índice de procreo de corderos y efectivizar el negocio: es decir, producir más carne, en menos tiempo. A través del pago de una cuota anual, unos 200 productores socios de la cooperativa accedieron a asistencia técnica y a fondos no reembolsables para adquirir herramientas innovadoras.

“Paralelamente, fomentamos la generación de grupos de productores de menor tamaño. A ellos también les facilitamos el acceso a capacitaciones técnicas y les brindamos fondos no reembolsables para que pudieran adquirir tecnologías de punta, de forma colectiva”, explicó.

El impulso al desarrollo de dos empresas especializadas en servicios para el rubro ovino, las que funcionan en torno a las cooperativas Calsal y El Fogón, también fue parte del trabajo del CTO en su primera etapa de vida.

“Adicionalmente, en 2019 nos enfocamos en un nuevo proyecto con la ANDE que nos permitió desarrollar una aplicación que permite, con el celular, contar las cabezas de ganado ovino, poniendo a Uruguay en la vanguardia de la utilización de los drones. Esta aplicación también ha contribuido a mejorar la eficiencia de los productores en el manejo del ganado”, dijo.

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Jornada anual de productores.

Apuesta por la producción intensiva

Los desafíos para el CTO no han dejado de multiplicarse. Desde 2019 y hasta 2022, CLU –con el apoyo de la ANDE– se encuentra embarcada en una iniciativa que involucra a 20 productores socios y que apunta a desarrollar un modelo de producción intensivo.

“Lo que ocurre generalmente es que el productor tiene a los ovinos desperdigados en grandes áreas que no son las mejores del predio. El programa se propone lograr que estos 20 productores cuenten con asistencia técnica y herramientas tecnológicas para facilitar el trabajo del pastor e impulsar la producción de carne de forma intensiva”, contó el Ingeniero.

Aumentar el índice de procreo y desestacionalizar la producción a través del manejo de la majada, para adelantar el embarque hacia el Frigorífico, son parte de los objetivos de este trabajo. “Para lograrlo, CLU hizo un acuerdo con la industria para bonificar a los productores que embarcan en los meses de menor remisión y lideró un proceso de aprendizaje entre los productores: mostramos que si se embarca antes, incluso se puede llegar a hacer dos invernadas y aumentar la cantidad de carne producida por hectárea”.

Resultados en la cancha

A dos años de iniciado, el proyecto ha permitido mejorar los índices de producción de carne de los productores involucrados. “A nivel país, el promedio es que de 100 ovejas se obtienen unos 70 corderos, pero todos estos productores ya alcanzaron el 100% de señalada y algunos lo superaron. Además viene creciendo la media de carcaza: antes era de 16 kilos y ahora ya está en muchos casos por encima de los 18 kilos”, señaló el referente.

Según Riso, a lo largo de sus cinco años, el CTO también ha servido para “mostrar que hay otra forma de producir ovinos y desmitificar aquello de que el rubro no es rentable o que da mucho trabajo”. En ese sentido, resaltó que ha contribuido a acercar la tecnología a los productores y que el objetivo es continuar transitando este camino.

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Jornada anual de productores.

 “Sin la ayuda de la cooperativa, no hubiera sido posible”

En noviembre se realizó la segunda jornada anual de productores en el marco del CTO. “Visitamos el establecimiento El poncho quemado, que pertenece al productor Giovanni Fernandes y está ubicado en Treinta y Tres. Queríamos demostrar que, incluso en suelos más pobres y arenosos, el asesoramiento técnico y el uso de tecnología permiten producir carne de calidad”, contó Riso.

Fernandes es productor desde hace más de 30 años y, si bien siempre tuvo ovinos, este rubro no era el foco productivo de su predio. “En 2016 tenía unos 150 lanares para consumo. Entonces entré en contacto con el supervisor zonal de CLU, que me planteó el esquema de trabajo del CTO, y decidí hacerme socio de la cooperativa”, recordó.

En 2017, el CTO le brindó a Fernandes la oportunidad de acceder al curso “Operador ovino moderno”, que le brindó los conocimientos necesarios para iniciar un proceso de transformación productiva en el predio. A eso le siguió un viaje a Nueva Zelanda y Australia junto con productores y técnicos de CLU, para conocer la experiencia de estos países en el rubro.

“Con todo esta información y soporte, en 2018 empecé a agrandar la majada de lanares en el predio. Y gracias al CTO comencé a acceder y a implementar herramientas de manejo que permitieron simplificar mucho el trabajo y que, gracias a las capacitaciones, ya sabía utilizar”, contó.  Bretes móviles, volcadores de lanares, baño de patas, camillas de señalada, tijera para corte de cola y comederos de auto alimentación, son algunos de los implementos que se sumaron al esquema de trabajo de El poncho quemado.

Fernandes es uno de los 20 productores que actualmente participa del proyecto de producción intensiva del CTO y que ya está viendo los resultados. “Lo que más valoro del CTO es el que conocimiento y las herramientas a las que me permitió acceder. Con ellas logré desarrollar un sistema de producción muy sencillo que me permite manejar un lote grande de ovejas con poca gente y estructura. También es clave el apoyo de la cooperativa en la colocación de los lanares, que me da la tranquilidad de que lo produzco, lo voy a vender”, evaluó el productor.

Los números avalan el proceso de trabajo conjunto de Fernandes y el CTO: su majada e multiplicó por ocho en cinco años, habiendo mantenido también la producción de vacunos. “Hoy todos los lanares que tenemos en el predio están produciendo, lo que tiene un resultado económico que impacta positivamente en el establecimiento. Sin el apoyo de Central Lanera Uruguaya nada de esto hubiese sido posible. Aquí está el valor cooperativo”, concluyó.

Otros informes de CAF:

“Central Lanera Uruguaya: 54 años tejiendo sueños y generando oportunidades”

“Central Lanera Uruguaya procesó y exportó lana más fina en historia del Uruguay”

 

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