Las entidades que nuclean a los productores ganaderos de los países del Mercosur aspiran a que se diseñen regulaciones tendientes a evitar que los alimentos fabricados en forma artificial sean denominados carnes, aunque sean similares a ellas.
En la reunión de la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (FARM), realizada el viernes pasado en el marco de la Expo Paraguay (similar a la Expo Prado, Expo Palermo y Expointer de Esteio), en la localidad de Mariano Roque Alonso, ese fue uno de los temas abordados por los directivos de las gremiales de productores de los países del Mercosur, con presencia de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) y de la Federación Rural (FR) por parte de Uruguay.
Gabriel Capurro, presidente de la ARU, explicó este fin de semana a El Observador que en dicha instancia se consideró el tema de la denominación de carne a productos de origen artificial.
Se entiende que hay que defender lo que sostiene el codex alimentario, en cuanto a que la carne es un producto que procede de un animal vivo, por lo que se entiende necesario generar reglamentaciones que impidan el uso de la denominación de carne a lo que es de origen artificial.
En ese sentido, se procurará armonizar normativas a nivel del Mercosur en gestiones que involucren a las autoridades oficiales de cada uno de los países de la región, dijo el productor y directivo.
Capurro indicó que otros temas considerados en la reunión estuvieron relacionados con los necesarios esfuerzos para mantener ventajas comparativas que posee la región en temas ambientales y de bienestar animal, considerándose también los temas cambio climático y buenas prácticas agrícolas, existiendo la preocupación compartida de seguir mejorando en forma permanente en cada uno de ellos.
En una extensa reunión, también se consideraron temas sanitarios y entre ellos la situación de la fiebre aftosa en los distintos países del bloque.
En el caso de Brasil, se informó que en el estado de Paraná se vacunó por última vez en mayo de este año y que todo hace indicar que en el estado de Río Grande del Sur, límite con todo el Uruguay, eso sucederá en mayo de 2020, por lo que desde entonces los tres estados más sureños del vecino país no vacunarán, dado que esos dos se añaden al estado de Santa Catarina, que hace tiempo tiene el estatus de libre de fiebre aftosa sin vacunación.
No está claro aún qué sucederá con otros estados brasileños ubicados más al norte, donde se está vacunando al rodeo bovino.
Uruguay, como se sabe, mantendrá su estatus de libre de fiebre aftosa con vacunación.
En Argentina se sigue vacunando, como en Uruguay, con un período en otoño para todo el rodeo y otro en primavera para los bovinos menores de dos años.
En Paraguay, donde el último episodio de fiebre aftosa fue hace ya ocho años, la situación está controlada, mediante un sistema de control privado con mandato público, estando al frente de ello una fundación que dispone de un presupuesto anual de US$ 20 millones, existiendo conformidad con una operativa que funciona de buen modo.
En el caso de Bolivia, hay alguna divergencia, dado que desde el sistema oficial se quiere dejar de vacunar, lo que no es compartido por los productores, existiendo un departamento (Pando) que es libre sin vacunación, vecino a Perú, que es un país libre sin vacunación.
En el caso de la bichera, que causa perjuicios relevantes a los productores y por ende a las economías de los países de la región, se entiende que el país que más está avanzando hacia su control y posterior erradicación es Uruguay, por lo que existe una clara expectativa puesta en lo que Uruguay hace y con el foco puesto también en el tema costos.
Con relación al progreso en el marco del acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), en general desde el sector productivo en cada país se lo aprecia como algo positivo, con una análisis que se torna más complejo desde la mirada de los sectores industriales argentino y brasileño, donde se entiende que se instaura un escenario de mayor competencia, especialmente con relación eso a Brasil y al sector metal mecánico, sobre todo.
En cambio, para el sector productivo, comentó Capurro, se lo ve como un vínculo comercial “muy positivo” porque permitirá consolidar la integración, “nos va a obligar a una mayor integración”.
Paraguay, por ejemplo, lo aprecia con gran expectativa, porque se trata de un país que no tiene acceso al mercado chino dada su relación con Taiwan, pero tampoco accede a Estados Unidos ni a Japón como Uruguay, por lo que para los paraguayos este acuerdo entre los mencionados bloques es un aspecto de alta relevancia.
Con relación a la actividad agrícola, se abordó el tema del comercio del trigo, concretamente sobre el acuerdo de Brasil con Estados Unidos, un tema que genera alguna resistencia, no obstante también se entiende que la situación de Brasil al respecto es especial.
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