Pulmones que asfixian: casi 20% de butacas vacías en el Antel Arena y Campeón del Siglo

El encuentro se desarrollará en medio de estrictas medidas de seguridad. Habrá un despliegue de 480 efectivos del Ministerio del Interior y guardias privados de los clubes y de Antel Arena, en el marco de un amplio operativo para controlar a 6.800 espectadores. El promedio es uno de seguridad para 14 espectadores.

Además, habrá 1.600 butacas vacías o "perdidas". ¿Por qué? ¡Por seguridad! El Ministerio del Interior pidió establecer pulmones para evitar incidentes entre los parciales de los dos equipos. Con el plan propuesto, los hinchas de Nacional accederán por la calle Centenario y los de Aguada por Varela, y nunca se cruzarán ni en la calle ni dentro del estadio, porque ocupará sectores diferentes y no tendrán que cruzarse en los pasillos ni en los distintos niveles de Antel Arena.

Antel Arena, según los espacios que la Federación Uruguaya de Básquetbol (FUBB) tiene para comercializar, dispone de 9.182 butacas más los palcos. Para Aguada-Nacional solo se pusieron a la venta 6.800. Las otras poco más de 2.300 se reparten entre los carné de libre acceso que tiene la Federación, las 150 entradas que le pertenece a cada equipo, y ¡1.600 lugares vacíos por seguridad!

De acuerdo al valor promedio de las entradas, que para las tribunas es de $ 250, $ 350, $ 450 y $ 550, la FUBB deja de recaudar por esos 1.600 boletos $ 640.000, que equivalen a poco más de US$ 18.000, en una sola noche.

Cuando la próxima semana, en medio de las finales se levante el piso del estadio para montar un escenario para el viernes 17 de mayo, se presente Buitres con su espectáculo, o en julio Cirque du Soleil, o en setiembre Luciano Pereyra, ¿pondrán pulmones para que en las tribunas todo transcurra en paz? Porque para lo espectáculos de No te va Gustar, Larbanois & Carrero, Agarrate Catalina, la Orquesta Juvenil del Sodre y una decena de espectáculos que se realizaron desde octubre pasado comercializaron todos los espacios y no tuvieron que "perder" lugares por "razones de seguridad".

El próximo domingo, Peñarol y Nacional jugarán en el Campeón del Siglo el primer clásico de la historia por el Campeonato Uruguayo fuera del Estadio Centenario desde 1929. Será histórico. Peñarol invirtió US$ 40 millones para construir un moderno estadio, con infraestructura de primer mundo y el fútbol será testigo del duelo entre los grandes en una cancha de menor aforo que el estadio del Parque Batlle.

El estadio de Peñarol tiene capacidad para 40.005 espectadores y la tribuna a la que irán los hinchas de Nacional, la Guelfi, una de las cabeceras, alberga a 8.380 personas, según cifras oficiales del club. No obstante, el domingo habrá 6.380 lugares sin comercializar. Eso equivale a un 16% del estadio de Peñarol. ¿Por qué? ¡Por seguridad! Así lo dispuso el Ministerio del Interior, que dispuso colocar dos pulmones, a los costados del lugar en el que se ubican los hinchas de Nacional.

Para un partido al que pueden acceder 40.005 personas solo se podrán comercializar 33.625 porque los ciudadanos que conviven en el cine, en el teatro, en la calle, en la feria o en otros lugares públicos, no pueden habitar una tribuna de fútbol el domingo, o una de básquetbol el lunes.

Peñarol deja de recibir $ 3.828.000 (US$ 110.000) por la venta de entradas a hinchas de Nacional y debe multiplicar sus gastos de seguridad.

Además de los "pulmones" en el Campeón del Siglo, el hincha debe convivir con el complejo aparato de seguridad, que obliga a que los espectadores se trasladen en distintas etapas para llegar al estadio de Peñarol. El primer tramo comprende el viaje al viejo aeropuerto de Carrasco, la burbuja que montará el Ministerio del Interior para “proteger” a los hinchas albos. En ese lugar, entre la hora 11 y 13.30, ómnibus de Cutcsa trasladarán a los 2.000 hinchas, custodiados por la Policía, hasta la tribuna Guelfi. A la salida recorrerán el camino inverso.

En estos tiempos de evolución en infraestructura deportiva, a partir de inversiones públicas y privadas que alcanzan cifras millonarias, ¿los violentos hinchas de fútbol y básquetbol pueden seguir ocupando lugares en estos estadios? La experiencia de este lunes en el Antel Arena y la del domingo en el Campeón del Siglo tienen la opción de mostrar la evolución del hincha, así como lo hicieron cuando un partido de básquetbol o de fútbol los transformaron en espectáculo deportivos en entorno de primer mundo. Y llegó la hora de definir asuntos más importantes que un juego con la pelota: ¿hacia qué lugar avanzamos como sociedad? ¿Qué estamos dispuestos a aceptar cuando unos pocos cientos de “fanáticos” jaquean al resto? Porque acaso los que van al fútbol y al básquetbol no son los mismos que el domingo van a la feria, al cine, de lunes a viernes trabajan o estudian, andan por la calle y conviven en orden. ¿O viven a las trompadas? ¿Insultan? ¿Se tiran piedras? ¿Y necesitan andar en la vida rodeados de "pulmones" de seguridad?