River se trepó a lo más alto

La bronca del domingo ante Fénix cuando se escapó en el último suspiro el triunfo permanecía en ese mismo Saroldi. Y parece que los nervios se transmitían hacia la última zona del equipo.

Se jugaba un pico de 57 minutos (partidos en 12 para terminar el primer tiempo, un descanso de 15, y los restantes 45 del segundo), y en esos 12 minutos se dio todo.

River fue el primero que pegó para tener solo unos instantes de tranquilidad.

El centro llegó llovido para que el Rayo Ramírez la colocara en el segundo palo de Odriozola. Apenas iban 5 minutos del pico y ya estaban 2-0 arriba, ya que el encuentro cuando se suspendió estaba 1-0 para el darsenero.

Pero Cerro tenía a Héctor “Romário” Acuña en su plenitud futbolística. El mismo que está a un gol de Iván Alonso en la lista de los goleadores del Uruguayo –habiendo jugado varios partidos menos por suspensión– y el que le había complicado la vida el sábado de noche con dos tantos a Defensor Sporting en el Franzini.

Y Acuña cumplió. En una jugada entreverada descontó y armó un gran lío.

Porque River, en el segundo tiempo, perdió la compostura, no fue el equipo de siempre que maneja desde afuera Guillermo Almada. Fue un saco de nervios. Williams Martínez y Kily González no se entendían, Herrera se complicaba y el ingresado Silveira, junto al fútbol de Grossmüller y el siempre impredecible Acuña, estuvieron cerca del 2-2.

El partido fue muy entretenido, se hizo de ida y vuelta y River respondió con Vaz tras una enorme jugada de Gorriarán, un tiro de Alaniz, otro gol que marró el francés Vaz y un tiro libre de Hamilton Pereira. Alaniz era el dueño de la pelota y allí sí el dueño de casa mereció otro gol.

Pero terminó sufriendo. Un verbo con gerundio incluido que el hincha y los jugadores darseneros saben conjugar de memoria.

River ganó y se trepó a la punta del Clausura. Y está en la conversación solo a uno de Danubio en la Anual.