Rochet se ganó el arco, tuvo un debut de menos a más y lo salvó con la valla en cero

Sin Fernando Muslera, el histórico golero del ciclo Tabárez por estar lesionado, Diego Alonso, en su primer partido al frente del combinado, debía definir quién iba a llevar los guantes en su equipo.

El elegido fue Rochet, luego de una primera lista que tuvo siete arqueros reservados; el de Nacional, Martín Campaña, Sebastián Sosa, Guillermo De Amores, Santiago Mele, Kevin Dawson y Nicolás Vikonis, y de la que luego quedaron los cuatro primeros como convocados.

En el Complejo Celeste, el arquero se quedó con el puesto luego de volver de una fractura en una de sus manos que lo dejó afuera de la segunda mitad del Clausura y de jugar un par de amistosos de pretemporada con Nacional, entre ellos el clásico del pasado sábado.

Luego de que en 2021 fuera suplente en sus primeros 13 partidos de la selección, ocho por Eliminatorias y cinco por la Copa América de Brasil, este 2022 lo comenzó atajando en la celeste. Alonso le dio la titularidad y con el 1 en la espalda y con un equipo de color verde, el arquero de Nueva Palmira salió a la cancha por primera vez en el arco de la selección.

Tuvo un arranque complicado con los pies, algo impreciso para tocar con sus compañeros para los lateral. En una pelota se la dio muy justa a Ronald Araújo, quien llegó tarde, cometió falta y fue amonestado, lo que llevó a que el zaguero de Barcelona le gritara algo, llamándole la atención.

También tuvo un despeje malo en el que la pelota salió baja y hacia el medio de la cancha, sin que fuera interceptado cerca del área.

Luego, a la hora de reponer desde el arco, el arquero que ha hecho terapia y que hace yoga, se tomó su tiempo para respirar, como queriendo dejar atrás esas situaciones adversas.

Con las manos, en el primer tiempo no tuvo grandes intervenciones y en las que participó tuvo que salir arriba a buscar la bola y chocar con los rivales paraguayos.

En el complemento, luego del gol de Uruguay el equipo ganó confianza y también Rochet, quien tuvo que responder ante algunos ataques guaraníes, principalmente con tiros desde afuera del área en los que estuvo bien parado, para tapar bien y sin dar rebotes, una de sus características que se le suelen ver cada fin de semana.

También tuvo que salir por arriba a bajar pelotas, chocando con los locales y recibiendo faltas, como en una en la que quedó en el piso, tomándose su tiempo para recuperarse y que corran los segundos.

Rochet ganó en seguridad, no tuvo mayores exigencias ante un rival carente de ideas ofensivas que, pese a ser local, nunca metió a Uruguay en su arco, y terminó redondeando una buena actuación, con el arco en cero, en una noche que quedará en su recuerdo como el día en el que debutó en la selección, un logro más en una carrera ascendente en sus último años, desde que decidió volver de Europa a Uruguay para recomenzarla.