AFP

Rusos se despiden precipitadamente de Instagram

La repentina prohibición por parte del Kremlin de la aplicación para compartir fotos utilizada por 80 millones de personas afecta a ciudadanos, pequeños empresarios e influencers.

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17 de marzo de 2022 a las 15:11

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Los usuarios rusos de Instagram se despertaron esta semana con una aplicación que no se cargaba y un muro vacío de los contenidos que tanto les gustaban, después de que Moscú decidió prohibir la red social por las políticas de su compañía matriz, Meta, sobre la guerra en Ucrania.

La aplicación para compartir fotos tiene 80 millones de usuarios en Rusia, aproximadamente la mitad de la población del país. Muchos escribieron mensajes de despedida durante el fin de semana y dirigieron a sus seguidores a otras plataformas de redes sociales, conforme avanzaba el plazo de las 48 horas que el gobierno le había dado a la gente para que eliminara sus perfiles antes de que la aplicación fuera bloqueada oficialmente el lunes.

La pérdida del querido servicio para los rusos es un símbolo del creciente aislamiento de su nación, conforme las compañías de Internet estadounidenses se unen a un éxodo empresarial occidental del país. La guerra en Ucrania ha colocado a las compañías de Silicon Valley en medio de una batalla geopolítica por la influencia, dada su posición como guardianes de la información vista por miles de millones de personas.

"No lo creí hasta el último momento", dijo Yulia Telnova, de 36 años, quien ha dirigido su negocio de repostería desde la cocina de su casa en Novosibirsk desde 2018, compartiendo fotos de elaboradas esculturas de glaseado en Instagram y construyendo su base de clientes en la aplicación. "Hoy, cuando mi Instagram dejó de funcionar, entonces lo creí".

Telnova es uno de los muchos millones de rusos que confían en la aplicación para ganarse la vida, utilizándola para gestionar pequeños negocios en casa o para promocionarse como influenciadores con un gran número de seguidores.

Al igual que otros, Telnova ha abierto ahora una página en la plataforma doméstica rusa VKontakte, una aplicación similar a Facebook que recientemente quedó bajo control estatal. Aunque le entristece la prohibición de Instagram, ya que era la fuente del "99 por ciento" de sus clientes, Telnova dice que no la asusta, y añade que sólo "tendrá que volver a crear una base de clientes".

Algunos influenciadores rusos han ganado cientos de miles de dólares — si no millones — con la publicidad vendida en sus publicaciones en Instagram. La cantante Olga Buzova publicó un vídeo donde, llorosa, se despidió de sus más de 23 millones de seguidores tras la prohibición.

Muchos rusos han respondido a su nuevo aislamiento digital, que se ha acelerado bruscamente en los últimos días, con tristeza y resignación.

Mientras que los intentos de bloquear la aplicación de mensajería Telegram en 2018 provocaron protestas masivas en la calle, las medidas contra los gigantes de las redes sociales internacionales desde el inicio de la guerra han desencadenado una respuesta silenciosa, en medio de una represión política más amplia e intensa.

En su lugar, la atención se ha centrado en las soluciones, conforme la gente intercambia consejos sobre el uso de redes privadas virtuales (VPN, por sus siglas en inglés) — programas que enmascaran la ubicación de un usuario de Internet — y comparte enlaces a sus perfiles en Telegram, que sigue sin estar bloqueado.

Según datos del rastreador de VPN, Top10VPN, la demanda de servicios de VPN en Rusia se disparó un 2,088 por ciento el domingo, en comparación con el promedio de demanda diaria de la semana anterior a la invasión a Ucrania.

Desde que estalló la guerra, se ha introducido una oleada de medidas contra las plataformas de medios sociales occidentales, así como contra los medios de comunicación independientes, mientras el presidente de Rusia, Vladimir Putin, baja una cortina de hierro digital entre Moscú y el resto del mundo.

A principios de este mes, Moscú bloqueó Facebook, después de alegar que discriminaba al país al añadir etiquetas de verificación de hechos a las publicaciones de los medios estatales rusos Russia Today y Sputnik, y las eliminó en la UE tras las exigencias de los funcionarios del bloque. También se ha restringido Twitter, y se han enviado amenazas similares a YouTube y TikTok de Google.

El viernes, Rusia anunció su medida más importante: un plan para cortar el acceso a Instagram. El país también inició una investigación penal contra su compañía matriz, Meta, considerándola potencialmente "extremista", al mismo nivel que los grupos terroristas, después de que cambiara sus políticas de moderación para permitir que los usuarios ucranianos publicaran ciertos discursos violentos, como "muerte a los invasores rusos".

Meta ha defendido la polémica medida como "enfocada en la protección del derecho de expresión de las personas como expresión de autodefensa en reacción a una invasión militar de su país".

Alrededor del "80 por ciento de las personas en Rusia siguen una cuenta de Instagram fuera de su país", escribió en Twitter el director ejecutivo de Instagram, Adam Mosseri. La decisión de bloquearlo no sólo aislará a los rusos entre sí, sino también "del resto del mundo" añadió.

Meta ha anunciado que dejará de aceptar anuncios de anunciantes rusos dirigidos a usuarios rusos. David Wehner, director financiero de Meta, dijo la semana pasada que esto representa el 1.5 por ciento de sus ingresos mundiales, por valor de casi US$ 118 mil millones en 2021.

Dentro de Rusia, la represión de las redes sociales ha provocado un humor macabro. Un meme bromeaba diciendo que hoy la gente podría compartir sus perfiles de Telegram, pero que luego serían las direcciones postales de sus celdas de los gulags: "¡Por favor, sigamos en contacto!"

Pero el costo de protestar en Rusia ha hecho que muchos se sientan impotentes para criticar al Estado. Miles de manifestantes contra la guerra han sido detenidos desde que comenzó la guerra el 24 de febrero.

Los activistas informan que ya se han iniciado 164 procesos judiciales por el llamado "descrédito" de las acciones de Rusia en Ucrania por parte de los usuarios de las redes sociales, en virtud de una nueva ley de censura militar que entró en vigor el 5 de marzo. Decenas de miles de rusos con mentalidad opositora huyeron del país tras su introducción.

"Una cosa es controlar el flujo de información de una población desde el primer día, como en el caso de China o Corea del Norte", dijo Graham Shellenberger, director del equipo global de Miburo Solutions. "Pero otra cosa es darles acceso a la cultura occidental y a la libertad de Internet y luego quitárselo".

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