Salta le dio color al Championship

“¿Ustedes vienen por el rugby?”, preguntó el taxista, con acento típico del norte argentino, al grupo de periodistas que llegaba a la ciudad de Salta el viernes, invitado por ESPN para vivir la instancia única del Rugby Championship. “Todos vienen por el rugby”, agregó tras la respuesta afirmativa, para hacer referencia a la cantidad de espectadores que llegaron a la ciudad en el marco del partido entre los Pumas y los Springboks.

En el avión, el comentario de los pasajeros era sobre el encuentro, ilusionados por el buen resultado –pese a la derrota– logrado el fin de semana pasado bajo la lluvia en Pretoria.

Ya en la zona urbana, recorriendo las calles de piedras rodeadas de históricos edificios, se podía apreciar a varios aficionados con la camiseta albiceleste, así como algunos sudafricanos.

La presencia de seguidores fue en aumento al acercarse el encuentro. Varios ómnibus llegaron de provincias y zonas cercanas para estar en el Estadio Padre Ernesto Martearena, donde hubo un gran marco de público, con todas las tribunas prácticamente llenas.

En contraposición a la lluvia y el frío de Sudáfrica, en Salta hizo mucho calor –más de 30 grados– y el agua cayó solo a través de las mangueras que mojaron a los aficionados que estaban al sol. Como si fuera una diversión, los niños que cubrieron una cabecera del estadio corrían hacia el tejido para refrescarse.

La previa, con los equipos calentando en la cancha, fue con música a todo volumen y entre los temas sonaba uno uruguayo, Fuera de control de No Te Va Gustar. Luego, los jugadores se fueron al vestuario, salieron a la cancha ya con los uniformes, apareció humo de colores en la tribunas, sonaron los himnos –el argentino coreado con toda la fuerza por los hinchas–, y comenzó la fiesta del Rugby Championship, que nuevamente no tuvo un final feliz para los argentinos. l